Escenas de la localidad, óleos, retratos, bodegones o piezas abstractas decoran la iglesia parroquial de Santa Bárbara en Ladruñán, pedanía de Castellote. Se trata del segundo ‘Ladruñarte’, una exposición en la cual más de 12 vecinos y segundos residentes han sacado sus obras de arte mejor guardadas. En total, más de 44 cuadros lucen en el espacio eclesiástico para dar más luz y color al pueblo. «Sabíamos que había gente que pintaba, pero te pones a preguntar y al final ha salido una gran exposición y la iglesia casi se queda pequeña», bromea Angelines Giner, artista y una de las impulsoras.
Ante el éxito de la primera edición, los vecinos se pusieron manos a la obra de nuevo. El Segundo Ladruñarte ha logrado duplicar las obras y los artistas. La exposición puede visitarse de seis a ocho de la tarde hasta el sábado 19. Cada pieza guarda su historia, precisamente ahí reside la magia de la peculiar exposición. «Merece la pena ver la exposición, hay cuadros muy bonitos y de gran calidad, además ganan valor al saber que son artistas locales y no profesionales», subraya Giner.
Como novedad de esta edición, la colaboración con el centro ocupacional ATADI Maestrazgo. Ladruñarte ha contado con piezas salidas de Cantavieja gracias a la mediación de Montse, trabajadora en el centro y vecina del pueblo. «Vimos una oportunidad para exhibir los trabajos realizados durante el Covid, no podíamos hacer actividades externas, por lo que llevamos a cabo talleres artísticos de los que han salido grandes piezas», explica Néstor Altaba, monitor del centro. Los usuarios, personas con diversidad funcional y de la tercera edad, han aportado cuadros de temáticas variadas como la naturaleza, abstractos o una colección de árboles de la vida que muestran el paso del tiempo.
Los artistas, la mayoría autodidactas, encuentran en el proyecto una oportunidad para darse a conocer, aprender otras técnicas y colaborar con el municipio. «Para nosotros es muy importante que una iniciativa así a la que le pones tanto cariño salga adelante», remarca orgullosa Angelines. Por su parte, para el ayuntamiento, es también una forma de potenciar la cultura y la excusa para que los visitantes atraídos por la iniciativa descubran Ladruñán.
Una idea materializada
El verano pasado, vecinos de Ladruñán se dieron cuenta de que en todas las casas había cuadros cogiendo en polvo, así como grandes artistas ocultos. Por ello, surgió Ladruñarte. Vieron también que el lugar ideal para mostrar la colección era la emblemática iglesia de Santa Bárbara, obra barroca perfectamente conservada desde el siglo XVIII, y el párroco aceptó la propuesta. Todo ello se convirtió en una original exposición que potenciaba y daba valor a los artistas locales, que dinamizó el verano, y además tuvo un fin benéfico. Sin embargo, la idea ya comenzó a gestarse en verano de 2021, cuando Enrique Espada, uno de los impulsores, visitó la exposición de Dos Torres de Mercader sobre la Guerra Civil que también habían realizado los vecinos, le gustó la iniciativa y vie que se podían llevar a cabo.