En el Centro de Interpretación habrá visitas sábado y domingo para conocer la fauna y flora de este paisaje
El Día Internacional de los Humedales se celebra esta sábado con actividades para poner en valor su importancia para la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento del ecosistema. El Bajo Aragón Histórico cuenta con dos humedales: las saladas de Chiprana y las de Alcañiz.
El Centro de Interpretación de la Reserva Natural de las Saladas de Chiprana ha preparado visitas con las que explicar la importancia de este humedal y con las que describir la fauna y flora que habita este paraje. Las visitas pueden hacerse de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 19.00 horas, este sábado y domingo.
En Alcañiz, la Comarca del Bajo Aragón ha organizado para el jueves 7 a las 19.30 una charla de los divulgadores Javier Escorza y Fernado Zorrilla en el salón de plenos de la Comarca.
Los humedales, además de ser una reserva de biodiversidad de primer orden, ejercen otros muchos servicios ambientales relacionados directamente con el ciclo del agua y el clima. Su estado es un importante reflejo de la calidad y salud ecológica de nuestras masas de agua.
Aragón cuenta con cuatro humedales de importancia internacional (Laguna de Gallocanta, Saladas de Chiprana, Saladas de Sastago-Bujaraloz y Humedales de Orihuela) y 239 humedales singulares que totalizan 16.870 hectáreas.
La Reserva Natural de las Saladas de Chiprana es un complejo lagunar que está constituido por una laguna central, de mayor tamaño, con aguas permanentes, la Salada de Chiprana y varias cubetas de aguas temporales de menor magnitud, el Prado del Farol y la Salada de las Roces o Sabrososa. Se trata de la única laguna endorreica salina de aguas permanentes profundas de Europa occidental, con una superficie de agua de 31 ha y una profundidad máxima de 5,6 m. Esta singularidad, unido a la riqueza florística y de avifauna ha merecido su declaración como Reserva Natural Dirigida.
Las lagunas saladas de Alcañiz son un conjunto de una treintena de cubetas que se distribuyen en una amplia superficie donde se alternan los cultivos de secano y cabezos con vegetación de matorral que permiten también la práctica del 'birding'. Se encuentran ubicadas en el fondo de una cuenca endorreica, es decir, sin drenaje, situada entre 350 y 400 metros de altitud.
En este tipo de cuencas el agua fluye, subterránea, desde las zonas de recarga perimetrales hacia el centro de la cubeta. El agua se pierde únicamente por evaporación, por lo que las sales se concentran en las lagunas, las cuales reciben el nombre popular de saladas, por el se las ha acabado conociendo. Debido a la escasez de lluvias y a la fuerte insolación, que hace que la evaporación sea mayor que el afloramiento de agua, las lagunas no tienen agua permanentemente y muestran gran parte del año sólo una costra de sal precipitada en la superficie.
En la cuenca endorreica de Alcañiz destacan especialmente seis lagunas por sus grandes dimensiones. Entre ellas la Salada Grande, la Salada de Calanda y La Estanca, convertida en embalse para riego y que ha perdido su carácter de laguna estacional.