El Ayuntamiento de Albalate va a invertir 135.000 euros en la quinta fase de restauración y rehabilitación de uno de sus principales emblemas patrimoniales, el castillo arzobispal. Desde 2018 son cuatro las fases que ya se han desarrollado, guiadas siempre por su Plan Director, documento que marca las acciones necesarias para continuar con la conservación y puesta en valor del histórico edificio.
Las actuaciones se centran en este momento en la cubierta, el antiguo horno y también el torreón islámico, aunque se han visto precipitadas por unos desprendimientos. «Esta quinta fase ha venido a consecuencia de un desprendimiento en la cornisa. Cayeron al patio varias piedras y entonces se tuvo que hacer un proyecto de intervención urgente«, adelantó Marta Clavería, arquitecta municipal. Una vez colocado el andamiaje, al darse el problema en la zona superior del castillo, se está aprovechando para repasar varios puntos de la cubierta que presentaban imperfecciones, permitiendo que el agua calase en la zona de la sala capitular. Estas obras ya han comenzado, aunque el plazo de ejecución para esta quinta fase es de unos tres meses aproximadamente.
Respecto al horno, que se ubica en el gran patio superior del castillo, va a actuarse sobre él para poder protegerlo y dejarlo al aire libre sin necesidad de cubrirlo. «Hace unos 20 años se situó sobre él una cobertura de metacrilato con una estructura metálica que estéticamente afeaba la silueta del castillo. Aunque era un horno de interior vamos a hacer una recuperación con mortero de yeso y mortero de cal en la parte superior y adobe en la parte interior, que es como realmente estaba, para dejarlo al exterior y quitar ese elemento de cobertura», explicó Clavería.

Este horno no está datado, por lo que no se sabe con exactitud en qué época se enmarca. Lo que sí queda claro es que no corresponde a la configuración original del castillo, sino que se encajó a posteriori en ese lugar, muy cerca del matacán, por donde se cree que podían subir de manera sencilla la leña a través de un sistema de poleas. «Sí hay constancia de que hubo un tiempo en el que se pagaba para poder cocer el pan allí arriba, por lo que el horno estaba las 24 horas encendido», explicó la arquitecta.
Torreón islámico
La zona islámica del castillo de Albalate es la más desconocida de todo el conjunto. En 2019 concluyó la restauración de una parte del muro gracias a una importante intervención, pero ahora las miradas están puestas sobre el torreón, que se encuentra a mano derecha una vez se toman las escaleras de acceso a la actual puerta principal. «Sabemos que es islámico por la configuración, tiene unos muros de yeso de metro y medio de espesor», detalló Clavería. Van a realizarse diferentes catas arqueológicas para tener más información de un espacio que posteriormente tomó otros usos hasta acabar siendo, décadas atrás, una vivienda para empleados municipales que finalmente se abandonó en los años 80.
La siguiente fase de rehabilitación del castillo, una vez se haya abordado ya la zona islámica, comprenderá la musealización de determinados espacios a través de las realidad virtual.