Es la primera actuación del Plan Director que continuará en la zona del torreón
Una de las zonas que peores condiciones presentaban en el castillo arzobispal, el muro islámico, ha dejado de serlo tras las actuaciones de restauración a las que se ha sometido. La gran pared, visible desde dentro y desde fuera de la fortaleza, ha sido el primer lugar en el que se ha actuado dentro de la hoja de ruta marcada en el Plan Director.
El muro cierra un lateral del patio interior y se encuentra a escasos metros de la plaza de toros, este fin de semana sirvió de marco para las actuaciones de los Festivales de los Castillos de Aragón. Se trata de una estructura deteriorada y que ha sido muy alterada a lo largo del tiempo, al adosarse otras construcciones o abrirse en él algunos vanos. Hace dos años se redactó el Plan, coordinado desde el Parque Cultural del Río Martín y subvencionado desde el Gobierno de Aragón, que recoge los criterios a seguir para restaurar las diferentes zonas del castillo arzobispal. En el caso concreto de este muro, análisis previos detectaron «problemas locales de estabilidad» que se han atajado con el relleno de algunos huecos. Recientemente acaba de terminar su restauración y también la reforma de una de las salas donde se ha aplicado un tratamiento a la piedra. En breve continuarán las reformas contempladas en el plan con la zona del torreón.