El municipio de Alloza planea renovar su ermita de San Blas y convertirla en un centro cívico cultural, expositivo y de reuniones sociales. El proyecto para ello, valorado en 96.000 euros, ha sido presentado por el equipo de gobierno a la convocatoria de ayudas del Instituto para la Transición Justa (ITJ) para proyectos municipales de infraestructuras ambientales, sociales y digitales dirigida hacia los municipios turolenses comprendidos en el Convenio y el Nudo Mudéjar.
Los proyectos presentados podrán obtener una financiación de hasta el 100% de los costes, incluyendo el IVA. El plazo de recepción de propuestas terminó en agosto y el consistorio de Alloza todavía se encuentra a la espera de ver si recibe o no dicha subvención. «Confíamos en poder obtenerla. Creemos que este es un espacio que puede aumentar la riqueza patrimonial del pueblo e influir en posibles visitas turísticas», explica Miguel Ángel Aranda, alcalde de Alloza.
La ermita se trata de un antiguo edificio religioso de 1719 que ha permanecido durante 50 años bajo uso privado a modo de almacén agrícola. La constante entrada y salida de maquinaria pesada ha influido en el mal estado del interior, que cuenta con pinturas originales de gran valor artístico que apenas pueden distinguirse debido a las goteras, humedad y el uso de estos últimos años. «Durante este tiempo la única tarea de renovación que se ha realizado es de alguna gotera y la sustitución de la puerta de madera por una metálica. Recuperamos la ermita y la hemos compramos por 54.000 euros y ahora queremos renovarla por completo para ponerla en valor», apunta Aranda.
El proyecto redactado para su restauración podría ascender a los 800.000 euros entre todas las fases. El objetivo es que el edificio recupere su estado anterior a 1970, garantizando la seguridad tanto en interior como exterior. Para ello se pretende remodelar el edificio por completo, con obras exteriores que reparen las grietas existentes, sustitución de la actual puerta de chapa, cubierta de goteras o limpieza de fachadas, entre otras tareas. Mientras tanto, en el interior, los trabajos se centrarán en la reparación de los elementos deteriorados, la solución de humedades, la recuperación de las pinturas existentes o la instalación necesaria de aseos, cuarto de instalaciones y demás elementos necesarios para adecuar el espacio para sala de exposiciones y conferencias.
«Estamos comprometidos, aunque no consigamos la subvención iremos trabajando en su restauración hasta donde lleguemos con nuestro presupuesto e incluso buscaremos la manera de conseguir algún otro tipo de ayuda. Creemos que al ubicarse en el centro del pueblo este es un espacio al que hay que sacarle partido y podría unirse a otras opciones de gran utilidad como lo es el albergue», concluye Aranda.