Desde Estados Unidos estudiando el Sol con mirada andorrana. La astrofísica Ana Belén Griñón (Andorra, 1986) trabaja desde hace medio año en la Universidad de Standford, situada en Silicon Valley (California), la cuna de la tecnología. Con un contrato postdoctoral estudia la evolución temporal a largo plazo de las regiones activas en el Sol dentro de un proyecto de la NASA llamado «Living with a star».
Trabaja con datos obtenidos con el Helioseismic and Magnetic Imager (HMI), instrumento a bordo del satélite Solar Dynamics Observatory (SDO); y datos del espectrógrafo Gregor Infrared Spectrograph (GRIS), instalado en el telescopio solar GREGOR. «Analizo la evolución temporal a largo plazo del campo magnético en las regiones activas solares. En la superficie solar de vez en cuando aparecen unas manchas más oscuras que son grandes concentraciones de campo magnético. Estudio la evolución desde que empezamos a verla hasta que desaparece en la rotación solar. El satélite, como observa 24 horas al día los 365 días al año, nos permite realizar un seguimiento muy bueno de ese campo magnético», apunta Griñón.
Este trabajo lo conocieron a fondo sus vecinos gracias a la charla «Viaje a través del universo» que llenó el salón de actos del CEA Ítaca-José Luis Iranzo, todo un éxito con alrededor de 120 asistentes. La iniciativa partió de Visi Amador, gerente del bar Grafitti de Andorra. Griñón realizó un repaso por los diferentes objetos del universo y adelantó que en la Villa Minera se verá muy bien un eclipse solar que se producirá en 2026.
Griñón explica que «el Sol es lo que nos da vida» por lo que es muy importante conocer cómo funciona. Por ejemplo, las tormentas solares que llegan a la tierra son producidas por los citados campos magnéticos, que sufren una reconexión. Es decir, que las líneas de campo magnético modifican su configuración y el sol expulsa masa coronal. «Si nosotros entendemos bien cómo funciona el campo magnético en el Sol podemos incluso predecir cuándo van a ocurrir tormentas fuertes o simplemente estudiar su evolución porque en algún momento puede ser que nos influya mucho en nuestra vida».
La andorrana aterrizó en Estados Unidos hace medio año para continuar con la investigación que ya inició en Tenerife, donde se formó en la Universidad de La Laguna.
Comenzó su formación en el colegio Manuel Franco Royo y en el IES Pablo Serrano de Andorra. El primer ciclo de la licenciatura de Física lo cursó en Zaragoza y después se marchó a Tenerife. Allí terminó la licenciatura y posteriormente estudió un máster en Astrofísica (su especialidad).
Ese mismo año estuvo trabajando en el departamento de Informática del Instituto de Astrofísica de Canarias como ingeniera en prácticas. Al finalizar el contrato le concedieron una beca Leonardo da Vinci para trabajar durante seis meses en la Rutherford Appleton Laboratory (Inglaterra) colaborando con el grupo que desarrolló uno de los instrumentos -SPIRE- que llevaba a bordo el observatorio espacial Herschel.
Después la Fundación La Caixa le otorgó una beca del Programa de Doctorado Internacional Severo Ochoa para realizar su tesis doctoral en Tenerife, donde inició la investigación que ahora continúa en Estados Unidos.