Ni la niebla ni las bajas temperaturas impidieron que Andorra saliera a las calles para festejar a Santa Bárbara, además este año coincidiendo con el mismo día de la patrona de los mineros. Con ella a hombros salieron decenas de personas a las calles antes de mediodía anunciando el paso de la procesión con el lanzamiento de cohetes. La Cofradía de Santa Bárbara procesionó con la santa, con los gigantes y cabezudos y con las danzantes que palotearon al son de La Martingala.
El punto de llegada fue la iglesia, que registró lleno para asistir a la celebración por la patrona. Desde las primeras filas no se perdieron detalle los niños de catequesis, que tuvieron su momento cuando el párroco les invitó a sentarse en el altar. En ese momento llegó la cartera de Correos que trajo una carta de San Juan Bautista, que el cura leyó para todos recordando que la Navidad todavía no ha comenzado «por mucho que lo diga el Corte Inglés o el alcalde de Vigo». Recordó que ahora toca Adviento y pasó a relatar la importancia de esta época previa a la Navidad. La misa fue cantada por el grupo de jota del Hogar de Personas Mayores y los Amigos del Folclore y se pudo ver la nueva imagen de la santa hecha por Manuel Minguillón Artal.
Homenaje a los mineros
A los más pequeños les tomaron el relevo los mayores. Y más concretamente los mineros ya retirados que durante este 2022 han cumplido 76 años o más. A ellos se les rindió un homenaje en el Museo MWINAS, en una cita organizada por la Asociación Pozo de San Juan.
Allí, a cubierto a resguardo del frío, once antiguos trabajadores de la mina recibieron un diploma, una estatuilla, un baile del dance y una ovación por parte de los asistentes, entre ellos, sus orgullosas familias. Los homenajeados fueron: Miguel Trejo, Juan Andrés, Raimundo Barberán, Lorenzo Galve, Esteban Alloza, José Lorente, Emilio Alquézar, Carmelo Aznar y Macario Félez. A sus casas se les llevará a Manuel Soriano y Valero Marzo, que no pudieron acudir.
El acto terminó con un vino español en el que se intercambiaron impresiones y recuerdos. «Estuve 29 años en la mina, era un trabajo muy duro. Mi hermano también se dedicó a la minería y en mi casa después de mí nadie ha seguido. Cuando yo me retiré a finales de los 90 el sector ya iba hacia el final y así ha sido», dijo Carmelo Conesa, de 77 años. «Este acto es bonito, que se acuerden de uno siempre se agradece», añadió.
Desde la Asociación del Pozo de San Juan esperan poder realizar este evento durante muchos años más. «Tenemos a muchos mineros por homenajear y puede que el año que viene rebajemos la edad quizá un año, a los 75. Veremos, pero es que mientras hacemos este acto ya estamos trabajando en el del próximo año», sonrió el vicepresidente, Bartolomé Aglio. También piensan en el presente y futuro mientras homenajean a quienes lo dieron todo por un sector acabado. «Después de estos años difíciles, confiemos. Parece que Endesa apuesta por seguir dando trabajo aquí y alrededores y que hay algunas empresas en previsión, vamos a ser optimistas con el futuro», añadió.
Como cada año, la patrona se quedó bien arropada por las flores que se depositaron en las dos imágenes que hay de ella en el Pozo. La presidenta de la Comarca Andorra Sierra de Arcos, Marta Sancho, y el teniente de alcalde de Andorra, Juan Ciércoles, se encargaron de depositarlas. En las instalaciones se queda también la exposición de fotografías ‘Tierra minera’ cedida por Adibama y que pudo verse en Albalate en las recientes Jornadas de Patrimonio Industrial del Bajo Martín.
También se les podría homenajear sin tirar 25 o 30 cohetes desde las 8:00 horas en domingo. Parece que su derecho a la celebración sea de mayor importancia que el de los vecinos que quieren descansar, niños, ancianos, enfermos, personas del espectro autista y mascotas.
Ojalá se celebrase cada domingo.