La sesión judicial, que se iba a celebrar desde este lunes al jueves por el brutal ataque con ácido al joven Kamal (cuando tenía 17 años) en Caspe, ha quedado aplazada un día, por lo que comenzará el martes. Esta decisión se ha tomado ante la petición de uno de los seis acusados, el sicario presunto autor material de los hechos, de renunciar a su abogado. Aitor Gordillo, quien lanzó el ácido al menor a cambio de 500 euros cuando volvía a casa del instituto el 3 de mayo de 2019, ha solicitado que se presencie otro abogado que ha contratado recientemente.
El juez ha aplazado el juicio a la espera de que su nuevo abogado se personase en la Audiencia. Aun con todo, ha advertido al acusado de que «no se va a suspender el juicio», porque el presunto autor material de los hechos cumplirá el próximo mes el máximo legal de permanecer cuatro años en prisión provisional. Asimismo, el juez ha añadido que «el Tribunal sospecha que esto se trate de una maniobra dilatoria«. Ante esta declaración, el acusado ha alegado que todavía le quedan otros cinco años más por otro caso. La Fiscalía pide para él 14 años y 8 meses de prisión por los delitos de tentativa de asesinato, lesiones y pertenencia a grupo criminal.
No obstante, cabe destacar que Sara Giménez, excuñada de la víctima y acusada como autora intelectual de esta tentativa de asesinato, también lleva ya casi 4 años en prisión provisional. Tanto ella como su tío, José Giménez, se enfrentan a una petición de prisión de 15 años y 5 meses, porque se les acusa de estar detrás de todo lo sucedido.
Este juicio se ha aplazado un día por la petición del acusado, por lo que este martes continuarán las sesiones tal y como estaban previstas, en las que pasarán a declarar todos los acusados, los testigos y peritos, a excepción del acusado que ha cambiado de abogado, quien comparecerá en unos días.
Cabe recordar que el hermano mayor de la víctima rompió, según explica el escrito de acusación, con Sara Giménez. Esta última y parte de su familia amenazaron a este varón con que si no volvía con ella «harían algo a algún familiar». Esta amenaza se cumplió y acabó con la contratación de Aitor Gordillo para que vaciara una botella de ácido al menor cuando volvía a casa, desfigurando parte de su rostro.
que el chaval se haya quedado con el rostro bastante perjudicado de por vida y esta panda aún siga sin estar sentenciados dice mucho de la justicia española.