Soledad Ciavatta y Pablo Zubimendi dejaron atrás la vida que habían construido durante 17 años en la turística ciudad de la costa atlántica de Argentina, Mar del Plata. Lo hicieron sin pensárselo mucho, teniendo claro el giro que querían dar a sus vidas. El cambio que necesitaban lo encontraron en Fortanete, donde desde hace un mes se hacen cargo de la panadería ‘Virgen del Buen Suceso’ de la localidad, que a finales del pasado año anunciaba su traspaso ante la incertidumbre de encontrar a sus sucesores. Los antiguos panaderos se vieron obligados a retirarse. Los afortunados fueron ellos. «Fue una locura, vendimos toda nuestra vida juntos a mitad de precio y nos venimos», relata Sole.
Junto a sus dos hijos, Maitena de 16 años y Homero de 11, desde hacía tiempo buscaban «un nuevo rumbo», un sitio pequeño, más tranquilo, y sobre todo más seguro. «Si bien queremos mucho a nuestro país, es complicado en cuanto a lo económico y los problemas de inseguridad», matiza, es por eso que en cuanto vieron la oportunidad «se lanzaron» .
Su bonita aventura comienza cuando dieron en Internet con la noticia de que Fortanete buscaba una familia que evitara el cierre de la panadería del pueblo, la cual regentaron durante 30 años María Dolores y Victorino, vecinos de esta localidad del Maestrazgo. Los antiguos panaderos, «muy a su pesar» ya no pueden hacerse cargo del negocio. Sole y Pablo vieron esta noticia a finales de noviembre y con la duda de si iban a recibir respuesta enviaron un correo ofreciéndose a tomar las riendas y esperaron. «Y el 28 de diciembre ya estábamos aquí», relata Sole. Lo cierto es que tras la publicación de la noticia, fueron bastantes las familias que se interesaron por la gestión de la panadería, y los antiguos dueños llevaron a cabo un proceso de selección.
La nueva familia cumple con muchas de las condiciones, ya que además Sole es pastelera profesional y está especializada en tartas infantiles. Por su parte, Pablo se ha estado formando durante todo este tiempo para el oficio. Otro de los factores determinantes era el contar con uno o más hijos, que pudieran revitalizar Fortanete. «A ambos les gusta su nuevo hogar y se encuentran muy contentos», destacan.
El proceso de su llegada tampoco se complicó mucho. El mismo Ayuntamiento les tenía listo un piso muy económico donde establecerse. La «hospitalidad» de la gente hizo el resto, empezando por la de los mismos panaderos, que les dieron el relevo y la gran responsabilidad de seguir atendiendo a sus vecinos con el mismo cariño y cuidado con el que ellos trabajaron durante décadas. «La gente me lo hace notar. Están agradecidos de que estemos aquí y todos me ofrecen su ayuda y se ofrecen para cualquier cosa que necesitemos», relata la nueva panadera.
Tras un mes de enero de aprendizaje, durante febrero ya se manejaron solos en el quehacer del establecimiento. De momento las cosas están yendo bien. Esta es una época del año relativamente tranquila, lo que les ha permitido acostumbrarse al funcionamiento de la panadería. Elaboran los productos habituales aunque también tienen pensando innovar aprovechando la amplia riqueza cultural que trajeron consigo. «Tenemos la idea de incorporar productos argentinos como alfajores y factura de mantequilla», detalla, aunque aún no han tenido tiempo.
«Apostar por el medio rural»
Para esta familia el apostar por el medio rural les trae más ventajas que desventajas. «No eres un número más, sino que te tienden la mano», aseguran. Lamentan que la gente abandone los pueblos, pero son conscientes de algunas de las múltiples causas y reclaman también mejores servicios. «Si los Gobiernos ayudaran con los servicios más sencillos, la gente se quedaría», añaden.
Para ellos Fortanete ya es el hogar del que disfrutan desde hace dos meses, con todos los cambios que eso conlleva. A menudo esos cambios se remiten «a las cosas sencillas de la vida»: como sustituir el bullicio de los coches de una ciudad de un millón de habitantes por el cantar de los pájaros cada mañana. Han encontrado la tranquilidad que buscaban. Ahora esperan con ilusión descubrir lo que aguarda la primavera en esta localidad del Maestrazgo turolense. «Nos han dicho que el verde es espectacular». De momento ya han podido conocer un poco del entorno, como Cantavieja, donde hacen la distribución del pan.
Nos alegramos mucho de que estos jóvenes emprendedora eligieran un pueblo de la España vaciada, y pedimos a la juventud que no abandonen estos pueblos maravillosos de nuestra España querida!!!!
Sole. Soy Alicia la señora de Conrado Balsells, primo hermano de tu papa.Te felicito por el paso que dieron. Te deseo lo mejor, y con la ayuda de Dios y la Virgencita,lo van a tener.. Muchas Bendiciones
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