Colgantes, puntas de flecha o un cuchillo de hierro. Estos son algunos de los objetos que se exponen en el Centro de Interpretación del Cabezo de Alcalá en Azaila, a los pies de la transitada carretera N-232. Se pueden ver y además, se pueden tocar, algo nada usual. Acercar los objetos cotidianos de los íberos a la sociedad actual es uno de los objetivos que persigue este proyecto ilusionante que le da un atractivo añadido de calidad al ya de por sí extraordinario yacimiento.
Desde el centro, sus responsables David Castillo y Eva Gil propusieron al Ayuntamiento una colaboración para dotar al pueblo de una colección propia de réplicas de piezas que se han ido encontrando en el Cabezo. Era una manera también de renovar muestrario en algunas vitrinas. Con la respuesta afirmativa del Consistorio se pusieron manos a la obra y el centro ya dispone de una decena de objetos y armamento.
Las recreaciones las realiza Castillo en su fragua íbera empleando de la manera más fidedigna posible la metodología de trabajo de aquellos antiguos pobladores. «La gente viene al centro, toca las piezas y además las puede adquirir porque de algunas hemos hecho moldes para hacer más réplicas si a alguien le interesa tenerla», dijo.
Al trabajo de fragua le precede el de estudio y documentación. Las últimas investigaciones de Paco Romeo y, sobre todo, la última publicación del Diario de Juan Cabré fueron reveladoras. El cuaderno está plagado de detalles y dibujos y fueron decisivos para iniciar esta labor de arqueología experimental.
Investigación y divulgación
Además del disfrute del personal, las recreaciones contribuyen a la propia investigación. Coger y manipular el cuchillo o la lanza hecho a mano en la fragua permite tantear las dimensiones y los pesos y resulta más fácil imaginar a aquellos íberos empleándolos en la batalla o en su día a día. «En la época de Cabré todo lo hacía el arqueólogo pero ahora todo es cada vez más multidisciplinar y entran muchas especialidades en la investigación y cada una en su parcela», reflexionó Castillo.
De hecho, son unos cuantos los especialistas que ya se están interesando por este proyecto. «Lo bueno es que tenemos un maravilloso yacimiento que atrae a mucha gente y a muchos arqueólogos de talla internacional, incluso gente de Australia nos ha venido», añadió.
Que en el centro también se haga arqueología experimental todavía atrae a más. «A veces encargan trabajos incluso de alguna universidad para ver cómo eran los objetos en peso y medida y el proceso de fabricación… Tenemos un yacimiento que es único y todo esto hace que el nombre de Azaila esté viajando de forma constante», añadió. Entre todas las protecciones que posee, hace casi un año el Cabezo de Alcalá de Azaila fue declarado Bien de Interés Turístico de Aragón.