La falta de agua en el embalse de Mequinenza ha provocado graves problemas en el entorno y en los pueblos que dependen económicamente de él. En esta ocasión ha sido la asociación Caspe Bass la que ha tenido que afrontar las consecuencias del bajo caudal. El nivel está tan bajo que incluso las rampas de acceso para los barcos más profundas no están en contacto con el agua, lo cual imposibilita la entrada de las embarcaciones y, por tanto, impide la pesca.
Caspe Bass organiza durante todo el año pruebas de competición de distinto nivel, ahora mismo tiene por delante las últimas pruebas del torneo social que organizan entre los miembros del club. Ahora, visto el estado del embalse, la única solución ha sido el cambio de fecha y de emplazamiento a Ribarroja, concretamente a las instalaciones del ADP La Reixaga en Fayón.
El presidente de la asociación, Mikel De Diego, asegura que estos cambios han sido «la única solución ante el problema» y que esta no es una cuestión que afecte solo a los propios pescadores, sino que supone «un asunto preocupante para todo el tejido comercial y hostelero de Caspe y alrededores». «A nivel turístico es un problema porque estamos acostumbrados a que venga mucha gente y a que haya consumo en el pueblo, si no hay agua es algo que se pierde», explica.
Los pescadores tienen clara que la solución pasa por mantener una lámina mínima de agua en el embalse, una cuestión que varios consistorios ya han reclamado ante la Confederación Hidrográfica del Ebro. Además, piden la construcción de una nueva rampa a mayor profundidad que permita el acceso en estos casos.
Los pescadores no son los únicos afectados por el bajo nivel de agua, sino que De Diego asegura que son muchos los agricultores que han tenido que realizar inversiones para mover las bombas que impulsan el riego porque habían dejado de estar en contacto con el agua.
Un problema que comienza a ser recurrente
Aunque sí que es la primera vez que tendrán que cambiar de emplazamiento, no es la primera vez que los pescadores de Caspe Bass tienen que ingeniárselas para poder llevar a cabo las pruebas por la falta de agua. «El año pasado ya teníamos un caudal bastante bajo, pero aún podíamos entrar, dos días antes de la prueba soltaron agua y el nivel bajo. Tuvimos que comprar rápido un sistema de mantas americano para botar las embarcaciones a través de la gravera que tenemos en el Mas de la Punta», explica el presidente.
En esta ocasión, la falta de agua también ha obligado a suspender la prueba internacional que se organiza desde el club y que trae hasta Caspe a pescadores de elite de varios países. Respecto a las pruebas sociales, al ser el de Ribarroja un embalse que se comparte entre dos comunidades, ha sido necesario pedir permiso a la dirección General de Caza y Pesca de la DGA, a la Federación Aragonesa de Pesca, a la Federación Catalana de Pesca Deportiva y al Servicio de Pesca Continental de la Generalitat.
Finalmente, la primera prueba, que tendría que haberse celebrado el 9 y 10 de septiembre, pasa al 7 y 8 de octubre; la segunda, programada para el 21 y 22 de octubre, pasa al 4 y 5 de noviembre y la tercera, que iba a celebrarse el 4 y 5 de noviembre, se celebrará el 2 y 3 de diciembre.
Las lluvias que se han registrado en las últimas semanas y que han conseguido recuperar mínimamente el nivel en el embalse hacen que la asociación mantenga la esperanza. Por ello, la prueba Big Bass Caspe, se mantiene en el embalse de Mequinenza, aunque con cambio de fecha, del 2 de diciembre al 16 de diciembre.
y encima los del levante español quieren un trasvase sel Ebro, como decía mi abuelo «tiene cojones»