La Biblioteca Municipal Juan Martín Sauras de Andorra ya dispone de un Punto Violeta. Dentro de la sala general de la biblioteca se ha creado un espacio dedicado a libros con temática de igualdad y feminismo, que incluye obras escritas por mujeres relevantes, con el que se trata de dar visibilidad a la lucha de la mujer, el movimiento feminista, la igualdad y la lucha contra la violencia de género.
Este Punto violeta surge como una nueva sección en la biblioteca y sus ejemplares están disponibles para consulta, préstamo, formación e información de temas relacionados con el feminismo y el papel de la mujer, así como temática LGTBI y roles de género.
El encargado del diseño de este espacio ha sido Paco García Molero y explicó que ha elegido el color morado al ser el que representa la lucha de la mujer y ha utilizado la silueta de la escritora y poeta Paca Aguirre, símbolo de la reivindicación de la posición de la mujer en el mundo y de la lucha por la igualdad a través de sus textos. Paco García agradeció que se haya contado con él para elaborar el nuevo «stand» y explicó los materiales que ha utilizado para hacer este punto violeta, algunos de ellos reciclados, como es la propia estantería que preside este espacio.
La concejala de Educación, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Andorra, Margarita Santos, destacó esta iniciativa de la biblioteca «que pretende ser un punto de divulgación de la literatura feminista y relativo al mundo de la mujer y es un buen momento para empezar a llenar la biblioteca de miradas y puntos de vista diferentes».
Cada mes los bibliotecarios se irán ocupando de dinamizar este espacio y se está preparando también un espacio en la biblioteca infantil para fomentar, entre los más pequeños, la igualdad entre hombres y mujeres desde edades muy tempranas potenciando las relaciones igualitarias, la educación en valores, la prevención de la violencia de género, y fomentando la lucha contra la discriminación.
Lo que hay que vigilar y controlar, también , son las conexiones a paginas pornográficas y de contenido sexual explicito que hacen algunos usuarios desde los propios ordenadores de la biblioteca.
Eso mismo hacían los censores franquistas, vigilar para que la gente no pudiera acceder a los contenidos que les diera la gana.