Antonio Ruiz publica «La isla de los retornados». Se centró en escribir, su pasión, al ser diagnosticado de esclerosis.
Antonio Ruiz Andreu (Alcañiz, 1975) es uno de los diamantes en bruto que la literatura escondía en Alcañiz. Tiene 41 años, está casado y es padre de dos niños. Estudió Relaciones Laborales, sector al que se dedicó durante 14 años hasta que la esclerosis múltiple le obligó a reinventarse en 2012. Dejó la guitarra y su moto y centró esfuerzos en escribir. Ha publicado su primera novela que presentó en julio en Santos Ochoa en Alcañiz, y el día de Nochebuena, en Librería Serret de Valderrobres, de donde desciende por parte materna. Se ruboriza cuando le llaman escritor.
¿Cómo surgió comenzar a escribir de modo serio?
Siempre he aprovechado las oportunidades para escribir. Cuando tocaba (Solo.es y Réplika) escribía canciones para el grupo o poesías o relatos para mí o concursos. Un día hice un relato, pensé que daba para más, hice otro, seguí, fue aumentando y me quedó una novela corta. Envié el manuscrito a las tres primeras editoriales que aparecieron en internet. Me respondieron con buena opinión y coincidiendo en varios aspectos y pensé en publicar.
¿Qué le ha parecido desde dentro?
Es un mundo cruel. Las grandes editoriales no se arriesgan con un autor novel. Si optas por auto-publicar es muy difícil la distribución y cuando uno crea quiere que llegue. Por lo que me dicen el ejemplar que hay en la biblioteca se presta bastante y me llena de orgullo. No me importa tanto que se venda como que se lea.
Una vez puesto, ¿va a seguir?
Nunca he dejado de escribir pero no termino nada (ríe). Tengo una novela negra empezada y estoy con una un poco de fantasía y terror. También fue una alegría que al mismo tiempo me seleccionaran un microrrelato para el libro digital que ha publicado AXN con un concurso de la serie «Castle».
¿Qué le gusta como lector?
Recuerdo desde el primer libro que leí, «Historias de ninguno», hasta el último. No recuerdo ninguna etapa de mi vida que no esté asociada a un libro. Me encanta leer.
¿Alguno que le haya marcado?
En la adolescencia, «El Señor de los anillos», en mi infancia, «La llamada de lo salvaje» de Jack London. Me impactó porque lo leí a muy temprana edad y no pude dejar de leer desde entonces. Lo último que me ha gustado ha sido «Baila, baila, baila» de Murakami, y «Duma Key», de Stephen King.
Quien piense que en «La isla de los retornados» se va a encontrar con su autobiografía está equivocado.
Total. Ya es bastante jodida la esclerosis y la vida como para que mi forma de disfrutar la utilice para hablar de eso. Aparece porque uno de los personajes la padece. Podía haber empleado otra enfermedad pero es la que conozco. Lo mismo que la localización. Es Zaragoza porque la conozco.
¿Qué es «La Isla de los retornados»?
Es una novela corta sin pretensiones. No intento dar opiniones. Toco palos que me interesan, me gustan o preocupan. Hay mucha acción, ocurren muchas cosas y va cambiando. Espero que el final sorprenda.
¿Qué hábitos tiene como escritor? Necesito que los niños tengan colegio (ríe). A las siete de la mañana empiezo y suelo dedicar buena parte de la mañana. Nunca menos de dos horas.
¿La inspiración se busca o viene?
Un poco de todo. Me sumerjo en una especie de meditación activa que me hace estar muy atento. Hasta algo que escucho en la radio puede servir. No lo considero inspiración sino causalidad. La inspiración viene porque la provocas.
Con niños en casa, ¿ve si hemos avanzado en la lectura en colegios?
Ahora se obliga a leer pero ellos eligen el qué. Se incentiva mucho. Yo recuerdo lecturas de Secundaria que me han revuelto el estómago porque no es el momento. «Tiempo de silencio» me pareció duro y difícil y esto es lo que no me gustaría por nada que nadie pensara de un libro mío.
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