Desde el viernes, 350 cabezas de ganado equino, vacuno y ovino descansaban en el recinto ferial listo para la 112ª edición de la Feria Ganadera de Cantavieja. En el certamen participaron un total de 16 ganaderías, que suponen la mitad de las existentes en la comarca del Maestrazgo. Además de los actos propios de la feria organizados por el Ayuntamiento, otro punto de encuentro durante el fin de semana fue la plaza, donde la comisión -en su última fiesta a cargo-, preparó unas jornadas con una elevadísima afluencia.
Los actos arrancaron el viernes por la tarde, con encierro, corro de vacas de la ganadería José Luis Cuartero, desencajonada del toro cerril y concurso de recortes que contó con 16 participantes. La nueva ubicación para el baile fue un éxito, una gran carpa situada a lado del edificio comarcal, detrás del polideportivo. La carpa es necesaria porque el nuevo pabellón no permite realizar eventos de este estilo, y el tiempo no hace posible realizar la fiesta en la plaza como las fiestas de verano. Por la noche, el concierto gratuito de Benito Kamelas reunió, según los organizadores, a más de 1.000 personas a las que después les esperaba disco móvil hasta el amanecer.
La feria se inauguró el sábado a las 12.30 a manos de Ricardo Altabás, alcalde de la localidad, y Alberto Izquierdo, vicepresidente de la diputación, acompañados por Roberto Rabaza, presidente de la Comarca del Maestrazgo, y el diputado provincial José Luis López. Por la tarde, se realizó el XXXVII Concurso de Ganado Selecto, por el que se concedieron diferentes premios a razas ovinas, vacunas, equinas y caprinas. La feria es fundamental, según Ricardo Altabás, para que los jóvenes se adentren en el sector, y con ello asentar población en el mundo rural. También Izquierdo puso en valor el presente y futuro de la ganadería de la región. «El Maestrazgo es la comarca que más ganaderos jóvenes tiene, es un sector con mucho potencial y hay que apoyarlo», remarcó el vicepresidente de la DPT.
El sábado por la tarde aficionados taurinos se reunieron en la plaza para ver el corro de vacas de Fernando Machancoses, y por la noche a la embolada del toro cerril le siguió la actuación de la orquesta y discomóvil.
El domingo por la mañana fue el turno de la tradicional subasta de animales, en la cual, quienes participaron se beneficiaron de ayudas, que no superarán el 25% del precio de salida a subasta. Además, fue el día grande para ‘feriar’, y no se lo quiso perder ningún vecino de la contornada y comarca castellonense de Els Ports. El último día de fiestas, el mercadillo típico llenó el pueblo bajo la sintonía de ‘2 al precio de 1’. Artesanos, negocios locales, ropa, juguetes y puestos de alimentación se hicieron hueco en las principales calles del municipio, especialmente en la avenida de la Feria, avenida Maestrazgo, en la plaza del Rabal y en la calle Mayor.
Una vez pasado el fin de semana y con un muy buen sabor de boca, al Ayuntamiento y comisión aún les queda trabajo para recoger el recinto, limpiar las calles y quitar las barreras. Sin embargo, la localidad ya piensa en su próxima fiesta, la Peña Taurina, para la que tendrán que esperar apenas dos semanas.