El director y fotógrafo, que ya fue invitado como Rompedor de la Hora, recordó a Buñuel como a alguien «de su familia»
Siendo muy joven se hizo una especie de promesa personal de que un día visitaría Calanda para ver los tambores y bombos. Quería observar y sentir aquel sonido que escuchó por primera vez en la película 'Él', de Luis Buñuel. Para eso tuvo que cruzar a Francia pues el calandino estaba prohibido al sur de los Pirineos.
Carlos Saura no solo hizo realidad ese deseo con los años, sino que además hace una década Rompió la Hora como invitado por la localidad. Su nombre y su persona quedaron ligados para siempre al pueblo desde el momento en que conoció a Buñuel en 1959 en el Festival de Cannes (Francia).
La noche de este viernes, esos lazos se estrecharon todavía más cuando el festival que lleva el nombre del genio calandino, le rindió homenaje. La lluvia obligó a cambiar el escenario. En un principio iba a ser el patio del CBC, pero acabó siendo la Casa de Cultura. Allí, además de la entrega del premio Buñuel Calanda, se proyectó el documental «Saura(s)», de Félix Viscarret.
Este fue el cierre a una jornada que comenzó con un desayuno en el Parador de Alcañiz donde compartió vivencias y charla con los medios de comunicación. «He estado tres veces en Calanda aunque nunca en el festival y estoy muy feliz de volver. Estoy encantado de estar aquí y de hablar de cultura, algo que en estos tiempos que corren no es tan normal», dijo. «He Roto la Hora, tengo un tambor en casa… Me siento calandino», añadió.
Cabe destacar que el oscense fue premio de honor en la última edición de los Premios Forqué que acogió Zaragoza en febrero. «Me siento querido y reconocido. Aragón parece que empieza a despertar porque hubo años en los que parecía que no había nada que presentar y no es así. En el extranjero se habla de España por sus artistas como Cervantes, Dalí o Buñuel y eso es lo que queda al final: la cultura. Lo demás se desvanece con el tiempo», reivindicó. Saura fue admirador del cine de Buñuel a quien después le unió una estrecha amistad. «Para mí era Luis, no Don Luis. Lo considero de mi familia», rió.
Estuvo arropado en el desayuno por la consejera de Cultura de la DGA, Mayte Pérez, quien le dio la razón en el «despertar» de Aragón y destacó que el festival de cine calandino y el departamento trabajan en la misma línea de tratar de resaltar y proyectar los iconos culturales autóctonos.
También tomaron la palabra el alcalde de Calanda, José Ramón Ibáñez; el director y productor, Gaizka Urresti y el periodista y crítico, Luis Alegre que definió a Saura como «el aragonés vivo más ilustre». El director del CBC y del FIBC, Jordi Xifra, avanzó otro proyecto respecto a Saura. Mostró un borrador de la futura publicación de un libro con fotografías y dibujos suyos de Aragón.
Lo editará el CBC con la colaboración de la DGA con el apoyo de Prensas Universitarias y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Esta será la segunda publicación de la colección «Luis Buñuel, cine y vanguardia». La primera fue el catálogo de la exposición de Ramón Masats sobre el rodaje de la película «Viridiana» de Luis Buñuel. Sobre el festival, -que arrancó el domingo-, Xifra aseguró que, aunque queda la guinda, «el pastel está siendo muy sabroso».
Última jornada del FIBC
Los jóvenes y, quizá futuras promesas del cine, abrirán este sábado la jornada final del festival a las seis de la tarde en la Casa de Cultura. Allí se proyectarán los cortometrajes que han realizado en el taller impartido por el profesor y experto en Buñuel, el mexicano Mario Barro.
La guinda comenzará a ponerse a partir de las 22.00 con la entrega los premios Amprius Lagar otorgados por el público al mejor cortometraje FIBC 2018. A continuación se proyectará «Errementari, el herrero y el diablo», de Paul Urkijo y se echará el cierre definitivo con la música de Ángel Petisme en directo.