Carlos Villanueva deja este año de ser cetrillero del Silencio para ejercer la presidencia de la hermandad.
¿Qué novedades has introducido en tu estreno como presidente?
Hay que ver cómo va todo y a partir de ahí tomar decisiones. Para 2024 queremos ampliar la banda.
¿Cómo afrontas la presidencia?
Estoy en la junta desde 2019 y Belén me propuso relevarla en la presidencia porque me había visto de cetrillero y veía que controlaba la procesión. Me dejó muy bien todo y ahora con el Whatsapp es mucho más sencillo porque tenemos grupos para las peanas, la banda, los abanderados… es mucho más fácil moverse. El objetivo es que la procesión siga luciendo. Lo que haya que mejorar se irá haciendo porque me gusta escuchar lo que me proponen. Por ejemplo ahora sale un cabo reserva por si pasa algo. Con mi mujer bromeo sobre que lo mejor es que en el futuro no se acuerden de que he sido presidente (risas), significará que no he hecho nada malo.
Os habéis topado con la ley de protección de datos.
A partir de este año ya no podemos acceder al listado de fallecidos. Nuestros difuntos no causan baja y lo que hacemos es nombrarlos el viernes en el cementerio. Unos claveles se reparten a los hermanos que han procesionado y los otros son para los difuntos, que también salen en el folleto. Este año al no poder acceder al registro de muertos hemos pedido por redes sociales los nombres y a través del boca a boca pero mucha gente no se habrá enterado, sobre todo la más mayor, y no podremos nombrar a todos. A ver si el año que viene lo sabe más gente y nos facilitan los nombres.
¿Cómo lo hacíais hasta ahora?
Íbamos a la parroquia y nos facilitaban el listado y uno a uno el secretario miraba todos los nombres para ver quién era hermano. Después se hablaba con los familiares y si aceptaban, salía en el folleto.
Este año despedís a vuestro cabo, Eduardo Bardavío, ¿cómo escogeréis a su sucesor?
Aún no hemos decidido nada todavía. Este año estará Eduardo y después de Semana Santa lo gestionaremos.
¿Cuál es tu historia personal con el Silencio?
Mi abuelo Ángel siempre ha formado parte de la cofradía y estuvo en la junta. De pequeño salí en la fila y cuando mi mujer entró de cetrillera, necesitaban más y me metí yo. Después cuando me casé dejé de formar parte de la cofradía porque pensábamos que se pagaba por familia, como en el Santo Entierro y cuando me di cuenta del error nos apuntamos.
Ahora cambias el cetrillo por la presidencia en la procesión.
Sí, ahora saldré como presidente y cuando lo deje volveré. Creo que me voy a poner bastante nervioso antes de que salga la procesión por ver que vaya todo bien que por el hecho de tener que hablar delante de la gente. Yo tenía mucha función y ahora delego en mi cuñada que también es cetrillera. Voy a estar con el ojo a ver que no falten velas, que salgan bien los de las cruces… de lo que yo me encargaba que de la salida, porque lo mío solo será desfilar. La procesión realmente sale sola.
Y las labores de representación.
Sí, mis horarios de trabajo no me permiten ir a todo pero siempre está disponible cualquier persona de la junta. Nos organizamos muy bien