El Castillo de Valderrobres se erige como uno de los monumentos históricos más visitados de la provincia de Teruel. Las visitas al Monumento Nacional, que fue objeto de un profundo proceso de restauración y reconstrucción, han aumentado un 40% desde que el edificio fuese reabierto al público a mediados de mayo. El castillo recibió 35.000 visitantes hasta el último día de diciembre en los poco más de 7 meses transcurridos desde su reapertura el 15 de mayo.
Pese a que las primeras semanas el flujo de visitantes fue más bien tímido no tardó en dispararse destacando el mes de octubre con un incremento del 100%. En todo 2019 la cifra alcanzó los 37.000 visitantes. Todo ello después de un arduo proceso de reconstrucción, datación y documentación de las distintas dependencias que, pese a permanecer consolidadas, habían sido pasto de la ruina.
Durante los últimos días de diciembre la afluencia de visitantes fue un 50% inferior a la registrada en el mismo periodo de 2019. Algo que achacaron, entre otros motivos, al recrudecimiento de la pandemia. «Estamos en un periodo muy atípico, sujeto a muchos cambios de un día para otro y sin que podamos por ello acogernos a ninguna estadística anterior. Alternamos periodos como este con muy baja afluencia con otros que suponen récord y cifras nunca vistas de visitantes», explicó el historiador Manuel Siurana, director de la Fundación Patrimonial.

Sin embargo, desde la Fundación Valderrobres Patrimonial, gestora del castillo, achacan este aumento a varios factores más entre los que, indudablemente, se encuentra el gran atractivo que ha ganado el castillo tras su restauración. Apuntaron a que la dinámica en toda la comarca del Matarraña es de un aumento general del visitante nacional que, añadieron, es más reticente a salir de España por lo que decide decantarse por el turismo de interior. Madrileños, navarros, vascos, andaluces y el resto de aragoneses experimentan los incrementos más importantes. “Vivimos una coyuntura muy favorable en destinos rurales como el Matarraña y eso también influye. Aunque indudablemente toda la restauración del monumento lo convierte ahora, a mi juicio, en el más interesante de Aragón”, añadió Siurana.
Asimismo, en los últimos meses se ha procedido a completar varios detalles que se dieron a conocer en la inauguración oficial del castillo que tuvo lugar el pasado día 3. Se ha instalado nueva iluminación y se ha decorado el interior de varias salas con una selección de 39 cuadros, que son copias de la colección de arte español de Meadows Museum de Dallas, con quien se alcanzó un acuerdo de exposición para los próximos quince años. Dicha colección engloba obras desde el Renacimiento hasta el postimpresionismo español. Por su parte Francisco de Goya es el protagonista del interior de una de las nuevas salas recuperadas para el castillo y que alberga la denominada colección C de 120 grabados que fueron llevados a cabo por el pintor en papel fabricado en Valderrobres. Un acuerdo entre la Fundación y el Museo del Prado permite su exposición.

Otra de las joyas que se exponen es la Cruz Procesional de estilo plateresco y que se perdió durante la guerra civil. Tras su restauración luce junto a la celosía gótica de la Iglesia, muy próxima al pasadizo que comunica el templo con el castillo. “Es nuestro monumento más notable y además de constituir una atracción para Valderrobres, lo es para el Matarraña y para toda la provincia de Teruel”, explicó el alcalde de Valderrobres, Carlos Boné. El coste total de la restauración del castillo ascendió a 2.007.405 euros, que se sufragaron con una subvención del 1,5% Cultural del Ministerio; varios FITE; aportaciones de la Diputación de Teruel; de la Fundación Universitaria Iberoamericana y de la Fundación Endesa y las aportaciones principales del Ayuntamiento de Valderrobres y de la Fundación Valderrobres Patrimonial.