La Asociación Amics de Nonasp organizó la noche del domingo una ruta nocturna para conocer los comercios desaparecidos del municipio. Lo hicieron dentro de la programación de ‘L’Estiu dels Amics de Nonasp’, a través de la que están realizando diferentes actividades durante todo el mes de agosto.
La ruta, que empezó en la plaza Lo Portal, congregó a más de un centenar de personas de todas las edades dispuestas a descubrir los comercios desaparecidos de Nonaspe y a escuchar las historias de sus protagonistas. Además, se contó con proyecciones en cada una de las paradas e incluso con un vehículo que recorría las calles y que guiaba la comitiva.
Prácticamente cada una de las fachadas del Portal fue un comercio, destacando la tienda de Confecciones Albiac. Su propietario, Gabriel Albiac, no pudo estar en la ruta, pero los Amics de Nonasp destacaron su tienda como una de las más antiguas del municipio. Gabriel, continúo la tradición de sus padres y abuelos. Actualmente, la tienda la regenta su hijo, Santiago Albiac.
Seguidamente, se continuó hasta el Portal Nou para llegar al esquiladero de José Albiac Albiac. Él es el último esquiladero del pueblo. Él empezó a los 9 años y como no llegaba al lomo del animal le tuvieron que hacer una banqueta para así poder realizar bien su trabajo, contó. Recordó también junto a José María Ráfales el precio que cobraban por esquilar a los animales: 3 pesetas por los burros y un duro por esquilar las mulas y machos.
El recorrido continúo hasta la Plaza de la Iglesia, donde Nati Domenech, hija de los propietarios del Bar Blaset, explicó a los nonaspinos las broncas que recibía por meterse en el «Cuarto de los Boigos» del bar, desatando más de una risa. Además, también contó que gracias a los clientes del bar ahora conoce todos los juegos de mesa habidos y por haber. Ahí Maricarmen Vallespi, propietaria de una tienda en la que todos recuerdan comprar unos pasteles deliciosos, contó el miedo que pasó antes de abrir su tienda por no saber si le caería bien o no a la gente, y lo agradecida que estaba con todos por el éxito obtenido con los años.
El final del trayecto fue la Plaza Santa Lucía, donde Angelita Giner, propietaria de Peluquería Angelita, recordó entre risas que tuvo que comprar hasta una televisión para que así las señoras pudieran ver la novela ahí, ya que sino no acudían hasta que se terminara. También hizo un inciso sobre la cantidad de horas que trabajaba: abría la peluquería a las 5 de la mañana y la cerraba a las 2 de la mañana. En la misma plaza Santiago Vilella, hijo de uno de los farmacéuticos de Nonaspe, rememoró los buenos momentos que pasó junto a sus padres en la farmacia y las recetas caseras que su madre proporcionaba a todos los clientes.
En la ruta, que fue todo un éxito, también se hizo mención a muchos otros comercios como sastrerías, zapaterías, barberías e incluso una tienda de motos. Los Amics de Nonasp animaron a participar igualmente en su siguiente actividad, que tendrá lugar el próximo domingo 28 de agosto: el 60 aniversario de la llegada de la televisión a Nonaspe.