La línea fría con la que los platos ya venían preparados era criticada por su baja calidad
«Super contentos, ha sido un cambio impresionante». Los comentarios muy positivos son la tónica general cuando se habla de las cocinas propias que a finales de enero estrenaron los dos colegios públicos de Alcañiz que no contaban con este servicio: el Juan Sobrarias y el Juan Lorenzo Palmireno. También el Vicente Ferrer Ramos de Valderrobres, entre otros, cuenta con esta novedad.
La inversión ha corrido a cargo de la consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón dentro del plan por el que en 15 centros públicos aragoneses se sustituirá la actual línea fría por cocina propia entre el actual y el próximo curso.
Desde hace unas semanas los dos colegios de Alcañiz ofrecen a sus alumnos comida cocinada ese mismo día en sus propias instalaciones. Un gran cambio en la calidad de los alimentos que la comunidad educativa de ambos centros venía reclamando desde hace años e incluso se llevaron a cabo recogidas de firmas.
Las nuevas instalaciones han sustituido al anterior sistema, la polémica línea fría, por el que las comidas de los alumnos y profesores que se quedaban a comer en estos centros venían ya preparadas y envasadas previamente por empresas de caterin. El servicio sigue externalizado y son ahora estas sociedades las que han contratado al personal de cocina que en cada centro prepara el menú diario.
Contar con cocina propia en la que elaborar diariamente los menús de los escolares era un servicio muy demandado por padres y profesores.
«Comida más apetitosa»
En el caso del Palmireno, la nueva cocina se ha construido anexa al comedor, usando parte del patio de recreo. En su caso, incluso el Ampa llegó a promover una recogida de firmas a través de la plataforma change.org. «Estamos muy satisfechos, la comida está mucho más apetitosa», comenta su directora, Carmen José Giner. En este centro el nuevo servicio empezó el día 30 para alrededor de medio centenar de alumnos.
En la misma línea se muestra su homóloga en el Juan Sobrarias, Ana Ginés. En su caso estrenaron la cocina el día 25. El menú es muy parecido aunque adaptado a la nueva cocina y sus proveedores. «Toda la comunidad educativa está muy contenta, un cambio espectacular», afirma Ginés. En su caso, cuentan con una media de entre 95 y 100 usuarios fijos del comedor a los que se les suman entre 50 y 60 eventuales.