Frente a las nuevas limitaciones horarias son muchos los consumidores que han decidido cancelar sus reservas en los restaurantes y optar por otras alternativas como juntarse en casas particulares, masicos o peñas. Este cambio de planes ha provocado que muchos establecimientos no vayan a subir su persiana esta noche ante la falta de demanda, lo que supone un nuevo «varapalo» para uno de los sectores más castigados por la pandemia. Sin embargo en otro han visto como la demanda de encargos para llevar han aumentado en los últimos días.
En el Restaurante alcañizano Meseguer superan el centenar de pedidos para esta Nochevieja. Desde hace varios años este establecimiento apuesta por las comidas y no hace cenas, por lo que las limitaciones no les ha afectado de lleno. «Los pedidos de última hora se han multiplicado y estamos teniendo un bien fin de año», ha explicado su gerente, Fidel Meseguer.

Los pedidos ya han superado los del año pasado. Pero la gente al no saber «a qué atenerse» ha tardado mucho en realizar las demandas que se han ido acumulando en los últimos días del año. El negocio ha notado «más pedidos pero para menos personas». «La gente al final ha optado por la comida para llevar y supongo que lo celebrarán en casas particulares o en los masicos, muy utilizados en Alcañiz para cualquier tipo de celebración», ha destacado Meseguer.
También en la capital bajoaragonesa se encuentra el restaurante Empeltre que también ha preparado sus propuestas de take away para estos días, colgando el cartel de completo para los pedidos. «Es incierto porque hasta última hora no llama la gente. En todo caso no es lo mismo trabajar para 300 personas que para 100», destacó Adrián Lahoz, gerente. En los encargos también se ha detectado que son para grupos más reducidos.

En el Matarraña son numerosos los restaurantes que, de igual modo, preparan cena para llevar. Sin embargo la incidencia de la pandemia y la modificación de las medidas alteró las previsiones de muchos hosteleros. Es el caso de Fonda La Plaza de Valderrobres, que desde hace varios días hizo previsión de ingredientes y materias primas. Pese a aplaudir la última modificación de los horarios, no dudaron en calificar de decisión «deliberada» lo que se anunció como una rectificación. «No podemos creer que las instituciones adoptasen una medida el lunes y se diesen cuenta el martes de que el 31 no era viable cerrar a las 00.00. Pensamos que lo hicieron para desincentivar a hosteleros y clientes», ha explicado Loli Collantes, gerente de Fonda La Plaza.
Por su parte en Posada Roda de Beceite apuntaron a que la decisión apenas ha tenido repercusión en sus encargos de cenas para el día de Nochevieja. Algo que sin embargo, achacan a la rapidez con la que se puntualizó la decisión inicial.
En Sabores de Caspe han preparado unos 100 encargos para estos días, una cifra muy parecida a la de años anteriores.

Y en el caso del Mesón Santa Bárbara, en Alcañiz, estas medidas les han obligado a suspender la celebración de esta noche, tras pasar de tener 90 personas a apenas una veintena. «Lo peor de todo es el género que vamos a perder porque ya teníamos todo comprado», ha señalado Ana Calpe, trabajadora del establecimiento, que es consciente de que muchas de esas personas se van a seguir juntando en otros espacios privados en los que no habrá nadie para controlar las medidas de seguridad. «Aquí nos aseguramos de mantener las distancia necesaria y de que se lleve la mascarilla puesta», ha asegurado.