El acusado como principal autor del maltrato a 544 perros en un criadero ilegal en Maella desmantelado en 2020, David G., ha sido condenado a 18 meses en prisión y a otros 4 años de inhabilitación especial para la tenencia de cualquier tipo de animal. Así lo decidió el Juzgado Penal Nº1 de Zaragoza tras la vista celebrada este lunes. Se le ha impuesto la mayor pena establecida en la legislación de Aragón para este tipo de delitos, tal como pedía la acusación popular. Por ello, la Asociación Nacional de Animales con Derechos y Libertad, que ejercitó la acusación popular por medio del despacho de abogados de Jorge Piedrafita desde el primer momento, considera que esta es una condena proporcionada a la gravedad de los hechos.
En las declaraciones ante el juzgado, el propietario de las instalaciones reconoció los hechos por los que se le imputa. Cabe destacar que en este juicio se examinó tanto el caso del criadero descubierto en Maella como el que posteriormente esta misma persona montó en Foz Calanda.
Maltrato animal en condiciones higiénico-sanitarias deplorables
El 20 de mayo de 2020 el Seprona de la Guardia Civil localizó una finca ilegal en Maella destinada a la cría de perros, los cuales se encontraban en unas condiciones higiénico sanitarias deplorables. La investigación comenzó dos meses antes y se logró determinar que dicho lugar había sido utilizado con anterioridad como explotación cunícola (cría de conejos).
Durante la inspección de la finca los agentes observaron cuatro ubicaciones distintas donde se hallaban multitud de perros, de ambos sexos, diferentes razas, adultos y cachorros, que se encontraban en unas condiciones higiénico sanitarias deplorables.
En el interior de la parcela, delimitada por un vallado perimetral, y con evidente falta de higiene, se encontraban multitud de perros sueltos. Una vez dentro de las instalaciones, donde se percibía un fuerte hedor por la carencia absoluta de limpieza, se observaron numerosos ejemplares encerrados en pequeñas jaulas, de las utilizadas para la cría de conejos, siendo sus condiciones higiénico-sanitarias lamentables, ya que las heces y orines se hallaban acumuladas en gran cantidad en las propias jaulas y por el suelo de la nave, además de falta de agua y comida, así como evidente abandono de atención veterinaria y mala situación clínica.
Desde el interior de esta nave se accedía a otro habitáculo contiguo que albergaba jaulas similares en cuyo interior se hallaban numerosas hembras de perro junto a sus cachorros, siendo las condiciones higiénico sanitarias igual de deplorables que en el anterior y el hedor más intenso.
Durante la inspección también se hallaron medicamentos veterinarios, para cuyo uso es necesaria receta facultativa y alguno de ellos caducados, no pudiendo aportarlas el responsable de los animales por carecer de ellas.
Fuera de la nave, en el terreno de la finca, la Guardia Civil localizó un bidón metálico, lleno de cenizas, en cuyo interior se hallaron huesos de animal e incluso un cachorro que había sido quemado recientemente.
Allí encontraron 544 perros (294 adultos y 250 cachorros), de razas Bichón Maltés, Caniche, Yorkshire, Pomerania, Chihuahua, Shih Tzu y Ratonero Valenciano. De los ejemplares adultos 161 no estaban identificados con microchip. A partir de ese momento, los propietarios de las instalaciones pasaron a disposición judicial, así como los animales. Los perros que lograron sobrevivir fueron puestos en adopción.