La Confederación Hidrográfica del Ebro iniciará a finales de verano unos trabajos de reparación de la presa de la balsa lateral de José María Puyol, en los términos municipales de Mazaleón y Maella.
La actuación irá dirigida a solucionar varios problemas de drenaje de la citada presa tras detectarse varias filtraciones procedentes de este pequeño embalse de 2 hectómetros cúbicos de capacidad. Para ello, el organismo gestor de cuenca invertirá 394.000 euros tras adjudicar esta obra a la empresa Excavaciones Ejea.
La adjudicación se produjo hace dos semanas. Durante el proceso de licitación se presentaron 4 empresas. El presupuesto inicial de licitación de la CHE incluyó un valor estimado de la obra de 479.000 euros, por lo que finalmente, y tras la adjudicación, el coste final de la obra -previsiblemente- será 85.000 euros inferior al valor inicialmente previsto.
Desde el Sindicato Central de Riegos del Matarraña valoran muy positivamente la actuación. Está previsto que la actuación comience a ejecutarse el próximo mes de agosto y se prolongará unos 3 meses. Mientras tanto, los meses de junio, julio y principios de agosto, la balsa suministrará agua al sistema de riegos, por lo que no afectará a la próxima campaña. «De las dos balsas con las que contamos, la de José María Puyol es la de mayor capacidad y por ello es muy importante poder solucionar estos problemas de drenaje que además no interferirán en la campaña de riegos», explica Miguel Zurita, presidente del Sindicato Central de Riegos.
Cabe recordar que, en este caso, la balsa de La Trapa funcionará con normalidad y el embalse de Pena cuenta en estos momentos con 9 hectómetros cúbicos (un 51% de su capacidad), por lo que desde el Sindicato subrayan que el agua «estará garantizada».
Situación de prealerta
No obstante, y a pesar de que existen reservas suficientes para cubrir la demanda de este próximo verano, preocupa la persistencia de la sequía y el déficit hídrico que vive casi toda la margen derecha del Ebro, incluido el Matarraña. Por ello, desde el Sindicato quieren optimizar al máximo el agua disponible con vistas a poder contar con una reserva estratégica de cara a 2025. «Vamos a optimizar todos los recursos porque de no llover abundantemente podríamos encontrarnos con un serio problema el año que viene. Ya en 2023 tomamos diferentes decisiones para guardar el máximo de reserva con la que contábamos», añade Zurita.
Cabe recordar que la CHE incluyó a toda la subcuenca del Matarraña en situación de prealerta debido precisamente a la falta de lluvias y la escasez de caudales. A este respecto además de los 9 hectómetros existentes en Pena, la citada balsa José María Puyol -antes conocida como Valcomuna- cuenta con 1,5 hectómetros cúbicos -un 75% de su capacidad-. La Trapa se encuentra, de igual modo, al 75% con 0,79 hectómetros.
Recuerdan que urgen las balsas
Pese a que desde hace casi dos décadas están ya operativas las balsas de La Trapa y José María Puyol, la sequía vuelve a visibilizar la urgencia de que se construyan, al menos, las tres balsas laterales consideradas en los consensos de la cuenca del Matarraña como prioritarias. El territorio exige la construcción de las balsas de Comellares en el río Tastavins; Val de la Figuera en el Matarraña y Pla de Serrats en el Algars. En el caso del Tastavins y Algars no existe ni una sola infraestructura de regulación. La situación de sequía actual es evidente y preocupa la falta de lluvia para encarar el próximo verano.
Buena parte del lecho del río Tastavins está actualmente seco, incluidos icónicos parajes como El Salt de La Portellada. Esta situación lastra todo el sector agrícola de la zona. En el Algars son varios los municipios que incluso padecen problemas en el suministro del agua de boca en años secos. Cabe destacar que la regulación de estos dos afluentes también sería beneficiosa para el propio río Matarraña ya que contaría con una aportación y reserva extra de la que ahora carece.
Pero de regular el Tastavins ya no se acuerdan.
Tienen el riego garantizado y los demás les importamos un bledo.
Las balsas laterales están bien pero cuando baja una riada no se pueden llenar porque tapona los azudes y cuando baja poca no hay suficiente para llenar muchas pero bienvenidas sean
Los pantanos en medio del río parece que sean un desastre pero que sería este país sin los que hay gracias a que se hicieron en épocas que no había tanta tontería como ahora
Eduardo tienes toda la razón, se cargaron el plan hidrológico nacional que contemplaba la construcción del pantano de la torre del conté en el río matarraña, la solución de riego para todo el secano de la comarca.