El Sindicato Central de Regantes del Matarraña adelantará la campaña de riegos casi un mes y medio antes de lo habitual. Si la meteorología no lo remedia, está previsto que los regantes de la zona baja del Matarraña, Maella, Fabara, Nonaspe y Fayón, decidan el lunes desembalsar agua de las balsas laterales de Valcomuna y La Trapa debido al escaso caudal que presenta ya el río Matarraña. No solo es que los niveles del río sean ya inusualmente bajos en plena primavera. Los campos están sedientos después de que en todo 2023 apenas se hayan producido lluvias. Por ello será necesario inyectar agua en las acequias procedente de estas dos pequeñas infraestructuras de regulación construidas hace casi 14 años.
Lo habitual es iniciar la campaña a mediados de junio. El año pasado, se inició el 21, coincidiendo con la llegada del verano astronómico. «La situación que tenemos de sequía es preocupante. No llueve y además tenemos muy poco caudal en la cuenca media y baja», explica Miguel Zurita, presidente del Sindicato Central de Regantes del Matarraña. Zurita subraya, no obstante, que las reservas son más que suficientes para este año. Pese a ello, matizó que lo preocupante podría llegar el año que viene, por ello, si la situación no cambia, instarán a optimizar al máximo cada litro de agua de cara a contar con reservas para la próxima campaña de 2024. Cabe recordar que la cuenca del Matarraña se caracteriza por su irregularidad interanual. «Contamos con reservas para este año. Pero no sabemos si lloverá lo suficiente y si el sistema se recargará para el próximo año», añaden desde el Sindicato.
Actualmente el embalse de Pena, en Beceite y Valderrobres, en plena cabecera del río cuenta con casi 14 hectómetros cúbicos, lo que supone más del 70% de su capacidad. Las lluvias torrenciales de noviembre y una elevada pluviometría en todo 2022 propiciaron que el actual estado de este embalse sea bueno. Por su parte las balsas laterales de La Trapa y Val Comuna, de 1 y 2 hectómetros cúbicos respectivamente, superan el 80% de su capacidad. Son estas dos últimas obras las que supusieron un antes y un después en la cuenca. Su importancia es vital para los regadíos de la cuenca baja del Matarraña. También para el agua de boca y otros usos. «Vamos a actuar con criterios de máxima eficiencia. Como he subrayado agua para este año tenemos pero no sabemos qué sucederá después y hemos de recordar que no contamos con más infraestructuras de regulación», añade Zurita.
Recuerdan al Estado su olvido hacia las balsas laterales
La situación pone de manifiesto la necesidad de que la cuenca vea hecha realidad la ejecución de las balsas laterales de regulación pendientes de ejecución. Estas son: Val de La Figuera y Val de Beltrán en el Matarraña, Comellares en el Tastavins y Pla de Serrats en el Algars. Este último afluente transcurre por dos comunidades autónomas, Aragón y Cataluña, y en sus más de 70 kilómetros de recorrido no cuenta con ninguna infraestructura de regulación. Por ello los ayuntamientos de Cretas y Lledó, hartos de sufrir restricciones en el consumo de agua en épocas secas, se vieron obligados a llevar a cabo un gran esfuerzo para pequeños consistorio y construyeron sendas balsas de pequeño tamaño para almacenar agua de boca.
Los proyectos llevan casi dos décadas paralizados sin que ninguno de los últimos gobiernos del ejecutivo central hayan tomado cartas en el asunto. No sin numerosos anuncios infructuosos, tanto por ejecutivos de uno u otro signo. Los regantes recuerdan que el caso del Matarraña es único en España. «Es un asunto de justicia y de economía y ningún gobierno se pone las pilas. Aquí nos pusimos de acuerdo agricultores, ecologistas, agentes sociales y se consensuaron los intereses turísticos, ecológicos y agrícolas», subraya Zurita. El presidente de los regantes subraya que las obras pendientes de ejecución son «primordiales» para asentar población y recuerda que su ejecución supone una inversión muy reducida en comparación con otro tipo de infraestructuras financiadas por el Estado. En un último proceso participativo con agentes sociales y políticos se concluyó que la «urgencia» a la hora de ejecutar Val Figuera, Serrats y Comerllares
A ver cuando se pone coto a los regadíos ilegales de la cuenca…. Aguas de invierno que al final se convierten en aguas de todo el año. Bombas y agua para arriba. Nadie dice nada!
Se supone que somos una cuenca referente en acuerdos y bla bla bla bla….. DOÑANA 2!
QUE PENA!
el algars también, cuantas bombas ilegales que llenan balsas ilegales, hasta que el tramo esta completamente seco… una pena
Hace años se hizo un túnel para llevar agua del Matarraña al pantano de pena. Actualmente esta inservible . Se hizo un bombeo que nunca funciono. La riada del 2000 se lo llevo todo. Cuando hay sequia, hay para todos.