Un centenar de vecinos de Oliete fueron desalojados este miércoles mientras el resto del pueblo se quedó confinado en sus casas a causa del fuerte humo provocado por un incendio forestal a media tarde. Las personas que residen en las calles de la zonas alta del municipio eran trasladadas al pabellón de Oliete como medida por si hubiera que trasladarlos a otras localidades. De hecho, en un inicio hubo momentos de tensión porque el viento no estaba ayudando a disipar el humo y se barajó Alloza, como posible ubicación. Su alcalde ofreció el pabellón para acoger a las personas desplazadas pero finalmente no fue necesario. Los desalojados en el pabellón de Oliete regresaron a sus casas en torno a las 23.00, aunque se mantiene la orden de confinamiento en los domicilios hasta que pase el riesgo causado por el humo en las calles. A primera hora de este jueves, DGA ha informado de que la situación evoluciona favorablemente y que se prevé retirar los medios desplazados a lo largo de la mañana.
El municipio, de 343 habitantes censados, se encuentra terminando sus fiestas patronales y este miércoles era el día grande de San Bartolomé, por lo que la densidad de población es mayor con diferencia. El fuego habría estado provocado por la caía de un rayo durante una tormenta se ha desatado en la tarde de este miércoles en las cercanías del casco urbano. El fuerte viento de dirección cambiante mantiene en alerta a toda la zona de Andorra Sierra de Arcos, en la que hay varios municipios pendientes del suceso, así como de Cuencas Mineras por la cercanía a Alcaine.
El fuego, que ya está controlado, se ha extendido en un área de monte bajo cercana al embalse de Cueva Foradada, y en principio no estaría cerca de los cascos urbanos de Oliete y Alcaine. A media tarde, fuentes del operativo valoraron que la situación no era halagüeña por las dificultades de acceso al entorno pero lograron controlarlo. Asimismo, la lluvia contribuyó a aminorar las llamas. También en Alacón, que aunque más alejado del lugar del fuego también preocupaba que el humo llegase hasta allí.
Se movilizó un amplio despliegue de medios humanos para la extinción. Hasta el lugar del incendio se desplazaron varias cuadrillas forestales y tres helicópteros contraincendios, que se retiraron al caer la noche. Ya en la mañana de este jueves, según la última hora proporcionada por el consistorio, se mantienen, aproximadamente, medio centenar de medios terrestres en la población.
«Nos hemos sentido seguros»
La gran cantidad de humo en el casco urbano de Oliete provocó que desde Ayuntamiento y Comarca alertados por las autoridades, se pidiera a los vecinos permanecer confinados en sus casas al menos hasta que la cantidad de humo y ceniza aminorase lo suficiente. Durante el inicio del fuego, los vecinos se encontraban viendo el espectáculo de jotas en el frontón cuando se dio el aviso en el pregón y la megafonía. Los actos que quedaban por delante, como el baile con orquesta por la noche, quedaron suspendidos.
La explanada del pabellón se convirtió enseguida en un puesto de mando y el punto de referencia para las fuerzas desplegadas. El alcalde y la presidenta comarcal se encargaron de hacer de enlace con la ciudadanía. «Ha prendido una zona en la que no hay acceso porque no hay caminos y esta noche las cuadrillas terrestres se quedan porque los aéreos se han retirado», valoró la presidenta de Andorra Sierra de Arcos, Marta Sancho. «Nosotros vamos decidiendo atendiendo a lo que nos dicen Guardia Civil y Protección Civil y se ha desalojado porque había muchísimo humo», añadió.
Más aliviado después de poder anunciar a sus vecinos que podían volver a sus casas alrededor de las once de la noche, el alcalde Rogelio Villanueva agradeció la predisposición de los olietanos y de pueblos cercanos con la causa. «La gente se ha volcado con lo que ha hecho falta, alcaldes vecinos se han puesto a disposición de Oliete y es de agradecer, por suerte, no hemos lamentado daños personales y es lo importante», dijo. «Se decidió primero confinar a los vecinos y segundo, desalojar a los de las calles altas porque había muchísimo humo aunque al principio parecía que no era mucho. Pronto se ha avivado y con el aire todavía más», recordó.
Dentro, se habilitaron mesas alargadas y sillas que ocuparon las personas desalojadas en grupos de amigos o familiares. «En un pueblo como Oliete somos todos familia», dice Ricardo García. Es vecino habitual de todo el año y, como todos los que estaban con él, residente en las calles de la parte alta del casco urbano. «El fuego nunca ha estado muy cerca del pueblo pero es verdad que sí se notaba mucho humo en el ambiente, demasiada ceniza, mucho olor… Y por precaución nos han traído», explica. Relata que los vecinos primero sacaron los coches de esas calles y después ellos acudieron al pabellón tal y como se les había solicitado. «Hemos bajado tranquilamente porque la sensación de peligro nunca ha estado. Entendemos que las autoridades por responsabilidad han hecho lo correcto y estamos tranquilos», concluye.
En la mesa contigua, el joven Ur Tolo -nieto de olietana y veraneante en el pueblo- recuerda cómo a él le sorprendió el aviso viendo las jotas. «Ha empezado a llover, tormenta eléctrica… Y de repente hemos visto mucho humo. Han cortado las jotas, nos han dicho que nos fuéramos a casa y que cerráramos las ventanas porque olía mucho a quemado». A continuación, la policía se encargó de avisar a los vecinos de la zona para que bajaran al pabellón. «Nos dijeron que de mi calle para arriba teníamos que bajar al pabellón y es lo que hemos hecho», añade.
También descendiente de Oliete es la zaragozana Eva María Abad que lo vivió todo desde casa con su familia. «Hemos notado el rayo porque se ha encendido todo. Ha empezado a salir humo, cada vez más hasta que hemos visto el fuego y ya sí que nos hemos planteado qué hacer. Siempre tienes el coche a mano pero da mucha pena pensar hasta dónde puede llegar algo así, por fortuna parece que no va a más». Junto a ella, Rafael Abad, celebraba también que no haya daños personales. En su caso, el fuego se ha llevado algunos olivos. «Son cultivos muy viejos y en una zona muy mala para acceder… no ha pasado más».

Las llamas han sido visibles desde las poblaciones de Oliete y Alcaine. El fuego se ha originado en la Sierra de los Moros, en una estribación de la Sierra de Sancho Abarca. Se trata de una ubicación cercana al pantano de Cueva Foradada y de orografía de muy difícil acceso. Lo que estaba ardiendo al caer noche es área de matorral bajo pero cerca hay pinares. La evolución del fuego es variable especialmente debido al viento.
Que el cambio climático ya está aquí es una evidencia. Que el fuego forma parte intrínseca del desarrollo del paisaje y de la naturaleza también. Lo que no es de recibo, es que el exceso de protagonismo ponga en riesgo y cree una alarma innecesaria en la población. Menos postureo y más gestión. Emplazo a esta redacción (La Comarca), a que obtenga, del organismo competente, la orden de desalojo. ¿Verdaderamente existe? an, an, anda, andamos a la extinción.
Sacar de sus casas durante unas horas por la simple prevención es dar protagonismo? Ala tira vuelve a la cueva de donde hayas salido y quédate ahí sentadito. En serio, una actuación competente y de prevención. 10 de 10.
Lo raro que no les obligen a llevar mascarilla.
Y donde están los ecolojetas