Cada vez más internacionalidad y mayor calidad. Esto es lo que aporta el paso del tiempo y de las ediciones al Simposio Internacional de Escultura en Alabastro, una cita que este fin de semana cerró su duodécima edición. Un patrimonio cultural envidiable y de empaque en este material es lo que aporta el propio Simposio a la localidad que está cerca de tener habilitado en el Castillo Arzobispal -en proceso de rehabilitación– un museo permanente para todas estas esculturas.
Al último Simposio se le puso el broche el sábado pero se pueden visitar las esculturas en el patio del Centro de Formación Alfonso Zapater Gil. Allí permanecerán toda la semana y, podría hacerlo también durante el puente. En la XII edición participaron 10 artistas de seis países diferentes. Se trata de Ali Ersen Özyurt (Turquía), Ángelo Bordonari (Italia), Gilles Vitaloni (Francia), Kumiko Suzuki (Japón), Lara Steffe (Italia), Nilhan Sesalan (Turquía), Veronika Bianchi (Eslovaquia) y los españoles Darío Escriche, Pedro Ania y Pedro Jordán. Estos dos últimos ya conocen esta cita: Ania participó hace tres ediciones y Jordán ha regresado este año como ganador de la pasada.
Cada uno de ellos plasmó el boceto que presentó a la selección en la piedra que recibieron a grandes tamaños. Lo hicieron en apenas dos semanas en trabajo en el Centro Integral (CIDA) y en las calles ya en los últimos días. Los vecinos pudieron ver los últimos retoques a pie de calle y también los alumnos del colegio, que como es habitual, acudieron a compartir un rato con los artistas llegados de tantas partes atraídos por la calidad de este material autóctono.
El premio fue para la italiana Lara Steffe con «Y el alma vibra». Pedro Ania y Ali Ersen Özyurt recibieron sendos accésit. En los tres casos se trata de reconocimientos honoríficos ya que no hay recompensa en metálico. «Estar en el Simposio y disponer de esta piedra, del material y de compartir la experiencia con otros artistas en una recompensa en sí misma», valoró el coordinador de Proyecto Alabastro y del Simposio, Santiago Martínez. «Ellos han sido seleccionados de entre 132 artistas de medio mundo que presentaron varias obras además, así que, llegar aquí no es fácil», añadió. De hecho, el cambio de fecha de septiembre a noviembre parece que ha favorecido el interés ya que se dobló el número de solicitudes.
De financiar la estancia y el Simposio en sí mismo se encargaron el Ayuntamiento y la Comarca del Bajo Martín. Exportadora Turolense de La Puebla de Híjar se ocupó de proveer las piedras. Es, junto a Yesal de Albalate, empresa extractora colaboradora con este evento desde el inicio. Adibama, DPT y Josval apoyaron esta cita con sus recursos al igual que el Balneario de Ariño. «Que las empresas de la zona se impliquen es muy importante porque este proyecto es del territorio, se trata de poner en valor un bien común», valoró Martínez. Los participantes, que hicieron varias visitas y excursiones durante su estancia, disfrutaron de un recorrido spa y termal. «Salieron encantados y hablando maravillas», indicó.
Este es uno de los objetivos de Proyecto Alabastro, que continúa con más propuestas. Seguir apostando por investigación junto al diseño aplicado al producto y hacerlo con la pequeña empresa es una de las líneas. Todo, con el arte como motor de desarrollo y de traspaso de fronteras.