El miércoles 21 de julio se cumple el centenario del fallecimiento de Florencio Repollés Bielsa, organista, pianista, tenor, compositor y docente caspolino. Para conmemorar a esta efeméride se han programado dos actos. El primero está organizado por el Centro de Estudios Comarcales, dependiente de la DPZ, y cuenta con la colaboración del ayuntamiento. Tendrá lugar mañana y consistirá en la inauguración de una placa que señalizará la vía urbana donde se encuentra el edificio que fue su domicilio y academia de música, y que pasará a llamarse «callizo Florencio Repollés Bielsa».
El programa de actos de ese día tendrá lugar en el castillo del Compromiso de la localidad y comenzará a las 20.00 con el acto institucional. Posteriormente, a las 20.30, se celebrará un concierto de música en el mismo castillo con canciones de Repollés. Finalmente, a las 21.00 se procederá a la inauguración de la vía callizo que rinde homenaje al músico caspolino.
La propuesta de denominación de esta vía, presentada por el Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón-Caspe, fue aprobada con la unanimidad de todos los grupos políticos con representación en el consistorio el pasado 26 de mayo en la sesión plenaria ordinaria.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Caspe con la colaboración del Centro de Estudios Comarcales y la Asociación de Amigos del Órgano, ha planificado un concierto de órgano que tendrá lugar el sábado. En él se podrán escuchar obras escritas por el homenajeado, interpretadas por el organista Alberto Sáez Puente y la mezzosoprano Beatriz Gimeno. Este concierto tendrá lugar en la Colegiata de Santa María la Mayor de Caspe a las 19.00. La entrada a este concierto será gratuita hasta completar aforo, aunque se precisa inscribirse para poder acudir.
Historia de un músico y docente
El caspolino Florencio Repollés Bielsa (1873-1921) fue maestro de capilla de la colegiata de la ciudad bajoaragonesa. Dirigió su coro y orquesta sacra desde que tenía 18 años. Para el desarrollo de esta actividad, tuvo que declinar ofertas profesionales como una plaza de cantor en la capilla de la Seo, o la de músico encargado del órgano del Pilar de Zaragoza.
La enseñanza fue su gran vocación, su cuaderno de alumnos sobrepasó las doscientas fichas y alguno de sus discípulos logró notoriedad al convertirse en habitual en los escenarios del Teatro Real de Madrid o en el Liceo de Barcelona. Como compositor, además de música religiosa, sus carpetas de creaciones son polifacéticas. Escribió zarzuelas infantiles, bandas sonoras para obras teatrales, fantasías en torno a óperas célebres, serenatas y valses.
En 1992, la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza ordenó y catalogó el material que se localizó en su vivienda, contabilizando cerca de 1.800 carpetas con partituras. Por ello, Caspe quiere recordar y reivindicar la significación cultural e histórica de Florencio Repollés Bielsa y seguir construyendo la memoria colectiva de la ciudad.