Plant For The Planet celebra la segunda Academia del proyecto que pretende replantar 100.000 árboles en la zona
La localidad de Ejulve fue testigo este domingo de la segunda actividad llevada a cabo en el territorio por la Fundación Plant for The Planet dentro del proyecto 'Clima Rural. Nuestros montes no se olvidan', que tiene el objetivo de plantar 100.000 árboles en la zona quemada en el incendio del 2009. Los niños y jóvenes ejulvinos fueron los protagonistas de la jornada de concienciación ambiental en la que pudieron conocer más acerca del fenómeno del cambio climático y en la que acabaron plantando 150 árboles en una de las zonas devastadas por el trágico incendio.
La colaboración entre la Fundación Plant for The Planet y el pueblo de Ejulve nació hace más de un año con la firma del convenio entre las partes y en junio se celebró la primera de las actividades en Montoro de Mezquita, en la que se celebró una Academia Ambiental dirigida a los más pequeños. Jornada que este domingo se repitió en Ejulve. «El proyecto tiene un carácter muy especial. Su objetivo no es solo plantar bosques, va más allá Quieren concienciar a los niños y jóvenes para que sean los líderes en la lucha contra el cambio climático en el futuro», destacó José Manuel Salvador, portavoz de la plataforma ciudadana Nuestros montes no se olvidan.
De esta manera, un total de 15 niños participaron este fin de semana en una jornada de educación ambiental que acercó la realidad del cambio climático a jóvenes de entre 10 y 14 años de la localidad de Andorra-Sierra de Arcos. Entre otros aspectos, conocieron cómo se distribuye la población en el mundo, algo que sorprendió a los pequeños, y juntos buscaron fórmulas para contrarrestar la contaminación en la Comarca y soluciones para mejorar el cuidado del medio ambiente en su rutina diaria. La actividad, además, contó con la presencia de Josep Santacreu, consejero delegado de DKV Seguros y presidente de la Fundación Plant for The Planet en España; Ovidio Ortín, alcalde de Ejulve; Carlos Abad, presidente del grupo leader Adibama; y Jordi Juanós, director de Plant for The Planet en España.
Cabe destacar que el objetivo del proyecto «Clima Rural. Nuestros montes no se olvidan» tiene el objetivo de formar a cerca de 500 jóvenes embajadores del clima en la provincia de Teruel, por lo que se esperan más acciones en colegios y escuelas en el futuro. «La Fundación ha comenzado con las acciones en la zonas cercanas del incendio, pero el objetivo es aplicarlo en toda la provincia. La idea es llevar estas actividades a escuelas de todo Teruel la próxima primavera», comentó Salvador.
Un proyecto «ilusionante»
Las dos academias ambientales celebradas en Montoro de Mezquita y Ejulve suponen la primera piedra de un proyecto «muy ilusionante» para todos los pueblos que se vieron afectados por el incendio de Majalinos. El objetivo de Plant for The Planet es ambicioso y se van cumpliendo fases que hacen pensar en un futuro próspero para la iniciativa. Entre los principales retos del proyecto estaba el de conseguir financiación para llevar a cabo las actuaciones. Se necesitaban 120.000 euros para todos estos trabajos y el presupuesto está prácticamente cerrado.
El proyecto cuenta con la colaboración de los grupos leader de Agujama, Adibama y Ofycumi y se espera que los primeros trabajos de campo puedan arrancar en noviembre. «Lo positivo de este proyecto es que podemos complementar ese dinero con nuevos fondos que nos están llegando desde empresas privadas. Esto es fundamental para que el proyecto tenga todavía más recorrido e importancia», explicó José Manuel Salvador. De hecho, el próximo sábado se celebrará una nueva jornada de educación ambiental en Ejulve en la que participarán medio centenar de «voluntarios cooperativos de una multinacional».
Del mismo modo, el proyecto «Clima Rural. Nuestros montes no se olvidan» también pretende ser un «revulsivo» para el territorio. Pese a que el trabajo de campo, que permitirá plantar 100.000 árboles en la zona quemada, estará dirigido por un ingeniero de montes, la iniciativa pretende crear empleo en los pueblos cercanos a la zona de Majalinos. «Para nosotros, como asociación, es un impulso anímico tremendo. No queremos lanzar las campanas al vuelo, porque todavía queda mucho, pero se están dando pasos importantes para recuperar nuestros montes», comentó Salvador.
Un proyecto ambicioso y efectivo para mantener nuestros bosques con vida