Mateur y Larnaka, sin desdeñar a Kerman, se posicionan como las variedades de pistacho que mejor se adaptan al territorio. El campo bajoaragonés está comenzando a dar este fruto, y lo que resulta más relevante a futuro, está comenzando a revelar los datos necesarios para identificar las variedades que mejor se adecúan a cada área en función de la climatología y factores a considerar, como por ejemplo, tipología de suelos o si es secano o regadío.
El cultivo del pistacho en Aragón es muy reciente y fue en diciembre de 2018 cuando se creó la Asociación de Pistacheros de Aragón (Apistar). Las más antiguas se sitúan en Estercuel, Muniesa, Olvés, Valdealgorfa y las Cinco Villas. La variedad Kerman es la que prima porque «es la que se lanzó a plantar todo el mundo sin saber si iba a ser la más idónea», dice José Bonfil. Buena parte de estos datos se están recabando en una finca en el término municipal de Valdealgorfa donde plantó diferentes variedades como miembro colaborador del Centro de Transferencias Agrarias de Aragón (CTA). Al igual que el CITA -que se dedica a investigar-, el organismo es dependiente del ejecutivo autonómico. El CTA se dedica a transferir las investigaciones a los agricultores para que las apliquen en sus cultivos y uno de los proyectos que cuenta con financiación europea es el que trata de definir qué variedades de pistacho son las más idóneas.
La orografía aragonesa es dispar y por eso en el CTA cuentan con personas colaboradoras de diferentes zonas como José y su hijo José Antonio Bonfil -uno en Valdealgorfa y otro en Alcañiz-, Afruccas en Caspe o personas en Olvés, Aniñón o Botorrita, entre otros lugares. En un inicio también colaboraban desde Estercuel pero esos datos ya están cubiertos. El fin de todas estas pruebas es confeccionar un mapa climático de Aragón respecto a cómo se adapta el pistacho en las diferentes zonas y una de las razones de ser de este estudio es la búsqueda de alternativas al cereal en el secano. «Gracias a que los Bonfil han plantado muchas variedades tenemos muchos datos del Bajo Aragón y, además, también de secano porque creo que sería un cultivo que se adaptaría muy bien y aunque la producción sea lenta merece la pena», dice el Jefe de Cultivos Leñosos del CTA, Diego Laya.
Para trasladar estos avances al público y agricultores interesados, con todos los datos prevén editar en breve una publicación divulgativa. No obstante, hace unas semanas el propio Bonfil expuso las primeras conclusiones en una sesión informativa organizada por Apistar y el CTA. Esto, y la organización de cursos prácticos, forman parte de actividad de conexión con el campo.
En esa exposición, y basándose en el Anuario de Estadística del MAPA (avance 2020), Bonfil reveló que en España hay casi 45.000 hectáreas que producen 13.000 toneladas de pistachos. Castilla-La Mancha es la principal productora con el 75% y es el espejo en el que se mira Aragón pero a diferencia de la manchega, la orografía aragonesa no es regular y por eso hay que indagar con más variedades. Aunque la producción sea lenta, el futuro con este fruto seco se presenta halagüeño porque, tal y como especificó el valdealgorfano, el consumo en Europa está en aumento. Tal es así, que se necesitarían 100.000 hectáreas en los próximos años para su autoabastecimiento, y España es el único país con margen suficiente para incrementar producción.
Los pistachos se emplean para «snack» y si no se abre la cáscara, se envían a industria, donde se separan los vacíos para destinarse a cocina. También de esto dependen las variedades. Hace nueve años Bonfil plantó sus primeros árboles y ha recogido pequeñas cosechas, destacando la variedad Mateur como una de las más productivas. La próxima recolección será en septiembre.
En sus salidas casi diarias al campo, Bonfil acude provisto de sus cuadernos en los que anota escrupulosamente cada dato relativo a tamaño, humedad, pluviometría y un largo etcétera de parámetros que traslada de forma puntual al CTA. También lleva su cámara para capturar todo el proceso completo y comportamiento de cada árbol y variedad. «Tardan en dar pero cuando ves el árbol así, es una satisfacción enorme y es que es posible cultivar pistacho y aquí está la prueba», añade sonriente junto a uno de sus Kerman.