Los mismos tambores de los que el cineasta Carlos Saura, íntimo amigo del calandino Luis Buñuel, se enamoró hace décadas y que aparecieron en su película ‘Peppermint Frappé’, abrieron este lunes al mediodía su capilla ardiente en la Academia de Cine de Madrid. Diez tamborileros de Calanda, a los que acompañó el alcalde de la localidad, Alberto Herrero, redoblaron encima del escenario, junto a la viuda y los hijos del cineasta. Saura rompió la Hora en 2008 y fue Premio Buñuel en 2018.
En la escenografía montada, pudo verse una fotografía de Saura, un montaje con imágenes de sus películas, una silla de director con una flor roja, un sombrero que utilizaba y unas gafas, así como una cámara de fotos que hizo él mismo. También se reunió una serie de obras artísticas que el cineasta bautizó como ‘Fotosaurios’, realizadas con una técnica de dibujo y pintura sobre ampliaciones fotográficas, con las que hizo varias exposiciones.

Numerosos familiares, amigos, compañeros de profesión y políticos rindieron durante toda la jornada de ayer un último homenaje a uno de los más grandes cineastas españoles de la historia. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recordó que Saura «no solamente renovó el cine español, sino que lo abrió al mundo».
Representantes de Aragón y Teruel
Representantes del Gobierno de Aragón también le mostraron su pésame a la familia, encabezados por la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales, Mayte Pérez, y el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci. «Nos ha aportado mucho a todos, sobre todo a los aragoneses. Llevaba el nombre de Aragón por todo el mundo y presumía de ser oscense, aragonés», señaló Faci. El consejero también recordó que Saura ya fue reconocido por el Ejecutivo autonómico con la entrega del Premio Aragón en el año 2000 y adelantó que desde DGA «se está trabajando ya en un gran homenaje en nombre de todos los aragoneses que perpetúe su figura y obra».
El presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, y el diputado de Cultura, Diego Piñeiro, también asistieron a la apertura de la capilla ardiente. Ambos trasladado su pésame a los familiares del cineasta fallecido, especialmente a su hijo Antonio y a su nuera, Ruth Gabriel, quienes tienen una especial relación con Teruel a través del Rally Cinematográfico Desafío Buñuel. «Teníamos la posibilidad de estar aquí y no hemos querido faltar a dar nuestro adiós a una persona única, un maestro del cine a la altura de los grandes artistas de nuestro país», dijo Rando, quien destacó el cariño que sentía Saura por la provincia turolense.
«Gran maestro» de artistas
El director de cine Pedro Almodóvar fue uno de los primeros en acudir a la capilla ardiente de Carlos Saura, a quien reconoció como «un grandísimo maestro» que en su «carrera dilatadísima» supo «reinventarse». Recordó que, tras haber dirigido «un montón de películas fantásticas», se adentró en el género musical con una fórmula «que no se había hecho en ningún lugar». También subrayó que Saura se inició como cineasta en una «década dificilísima para hacer cine, los años 70», cuando filmó «varias obras maestras» bajo «una dictadura tremenda».
Otro de los artistas que se despidió fue el bailarín aragonés, Miguel Ángel Berna, quien recordó todo lo que le aportó Saura: «Yo me llevo muchas cosas de Carlos, casi fue para mí como un padre, me dio muy buenos consejos. Ha dejado un legado muy importante que tenemos que revalorizar y darle fuerza».
Creo que para estas cosas debería ser la ruta del tambor y el bombo quien nos representara.
creo que sí cuando es un acto institucional, pero fue la familia la que quiso que los tambores y bombos de Calanda estuvieran presentes
por cierto el número de personas que tocaron fue 14