El cineasta oscense Carlos Saura, íntimo amigo de Luis Buñuel y rompedor de la Hora de Calanda en el año 2008, ha fallecido este viernes a los 91 años en su casa de la sierra madrileña por una insuficiencia respiratoria. El realizador de ‘La caza’, ‘Peppermint frappé’, ‘Elisa, vida mía’ o ‘Flamenco’ iba a recibir este sábado el Goya de Honor. Su última película, Las paredes hablan, se estrenó el pasado viernes, muestra de su incansable actividad y de su amor por el oficio hasta el último momento. El autor, leyenda del cine mundial, sumó más de 50 películas y su filmografía forma parte del patrimonio cultural de nuestro país. Entre su gran palmarés, se encuentra el Oso de Oro, dos grandes premios del jurado en Cannes, la Concha de Oro de honor de San Sebastián, la Medalla de Oro de la Academia de Cine, sus nominaciones a los Óscar y al Globo de Oro y también el Premio Buñuel Calanda, que le entregó el Festival Internacional Buñuel Calanda en 2018.
Saura viajó a Calanda durante la Semana Santa de 2008 para filmar imágenes de la Rompida de la Hora, que incluyó en un documental creado para el Pabellón de Aragón de la Exposición Internacional de Zaragoza. En él, aunó los paisajes y las obras de patrimonio, con las costumbres y la etnografía de los pueblos aragoneses. Sin embargo, durante el primer mazazo sobre el bombo gigante de la plaza, fue su equipo quien grabó el sentir calandino, ya que fue él el encargado de romper el silencio, que dio inicio al redoble de miles de tambores.
Siendo muy joven, Carlos Saura se hizo una especie de promesa personal de que un día visitaría Calanda para ver los tambores y bombos. Quería observar y sentir aquel sonido que escuchó por primera vez en la película ‘Él’, de Luis Buñuel. Para eso tuvo que cruzar a Francia, pues el calandino estaba prohibido al sur de los Pirineos. El cineasta no solo hizo realidad ese deseo con los años, sino que además rompió la Hora como invitado por la localidad. Su nombre y su persona quedaron ligados para siempre al pueblo desde el momento en que conoció a Buñuel en 1959 en el Festival de Cannes (Francia).
En el año 2018, esos lazos se estrecharon todavía más cuando el festival que lleva el nombre del genio calandino, le rindió homenaje. «He estado tres veces en Calanda aunque nunca en el festival y estoy muy feliz de volver. Estoy encantado de estar aquí y de hablar de cultura, algo que en estos tiempos que corren no es tan normal», dijo. «He roto la Hora, tengo un tambor en casa… Me siento calandino«, añadió.
