Algo les da Ángela Cervantes a sus personajes para que buena parte de ellos no mueran con los títulos de crédito. Su Soraya de ‘Chavalas’ ahí queda, como ahí queda su Penélope caminando con paso firme en ‘La Maternal’. Acaba de terminar de rodar en el Sobrarbe con Gala Gracia y en otoño le esperan en el Mezquín para darle vida a Alexandra. Volverá a casa, a la tierra donde hunde buena parte de sus raíces y a la que está estrechamente ligada por vacaciones, amistades y por familia. En el árbol genealógico de los Cervantes Sorribas se despliegan Ariño, Mirambel y Mas de las Matas con La Ginebrosa, donde la conexión es total.
Sus lazos afectivos hace años que se extendieron a Torrevelilla, cuando su camino se cruzó con el de Gemma Blasco en Secundaria en Barcelona. «Nos hicimos muy amigas y pronto nos dimos cuenta de que nuestros pueblos estaban al lado», sonríe Ángela a través del teléfono. «Y otro amigo era de La Fresneda. ¡Es que mira la coincidencia!», apunta. Blasco iba por lo audiovisual y empezó a escribir ‘La Furia’ y el personaje de Álex pensando en Cervantes, que iba por el camino de la interpretación. El largo se rodará en Torrevelilla y alrededores en otoño, será la ópera prima de la directora y el primer protagonista de la actriz.
Están viviendo este proceso juntas entre los nervios y la ilusión y desde luego, con «confianza mutua». Cervantes se toma ‘La Furia’ como un «reto tremendo» por ser su primer principal, pero también como un regalo. «Gemma confió en mí cuando no había hecho nada, pero en este tiempo he podido hacer otros papeles. Si el momento en el que estoy ayuda y la experiencia ganada puede aportar más, eso es lo que más me ilusiona», añade.
En este tiempo ha ligado su nombre al de directoras como Pilar Palomero en ‘La Maternal’, y al de Carla Rodríguez y la aragonesa Gala Gracia que han contado con ella para sus óperas primas con ‘Chavalas’ y ‘Lo que queda de ti’. «Que sean proyectos muy personales da presión pero a la vez son un sueño. Son los trabajos por los que quiero ser actriz, por ser el canal para contar una historia y más si es tan próxima como la de la directora», comenta.
Conexión laboral y personal
El despertar de Aragón como escenario de cine en los tres últimos años la ha conectado con su tierra a través de ‘La Maternal’ y con la reciente ‘Lo que queda de ti’, todavía en proceso. «Ya sea a rodar o cuando he ido a Zaragoza con Luis Alegre y ‘La Maternal’, siempre hay algo que hace que te sientas como en casa. Yo no soy de allí pero me siento como una más por familia y por muchas cosas. Y me siento orgullosa de ser partícipe de este movimiento», reflexiona. Orgullosa y con ganas está de rodar con Gemma en otoño. «Me hace mucha ilusión por ser su historia y porque nuestra tierra se vea en una película. Le vamos a poner todo el cariño», añade.
Es una más. Desciende de Ariño por parte de Cecilia García Pequerul, su abuela paterna; y por parte de Emilia Soro y Ramón Sorribas, sus abuelos maternos, desciende de Mas de las Matas y Mirambel. En unas fiestas de La Ginebrosa es donde sus padres se conocieron y desde entonces es lugar de vacaciones, de la peña Los Descerebrados, y de pasar temporadas.
Su nexo es el mismo que el de su hermano Álvaro, los primeros que se dedican a la interpretación de manera profesional en la familia. «Álvaro lo tuvo claro y verlo a él me hizo dar el paso a mí, los referentes pueden marcar un poco la diferencia», reconoce. En casa hay creatividad. «Mi madre es florista y dibuja muy bien; pero mi padre dice que la vena la hemos sacado de él y que ahora cuando se jubile hará teatro, así que, ya veremos», ríe.