María Peguero Pérez regresó a Andorra hace unos diez años. Desarrollar su profesión artística en la localidad que la ha visto crecer es una suerte y no volvería a cambiar nunca la calidad de vida que le ofrece su pueblo por una gran ciudad. Aunque nació en Barcelona, sus padres, nacidos en Andorra y Ariño, volvieron a casa cuando ella y su hermana Alba -que ha optado por el periodismo- eran pequeñas. A María le cuesta recordar un momento concreto en el que despertó en ella su pasión por el arte. De pequeña quería ser directora de cine. «Ahora cuento historias a través del cómic, con escenarios, personajes… es lo mismo pero más económico», bromea.
«Desde niña he vivido rodeada de personas que me ha inculcado la cultura. Me gusta leer, dibujar… Me han llevado a exposiciones, a conciertos. Siempre he tenido acceso a pinturas y papel y me ha gustado mucho usarlos y crear», continúa. Su padre fue profesor del Gloria Fuertes e impulsor del proyecto «Arte de todos para todos». Su madre estudió Historia del Arte y fue profesora del Instituto Pablo Serrano de Andorra, donde María terminó el bachillerato.

Después, María estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza. Primero, Grabados, y después, el ciclo de Ilustración. También probó con la diplomatura de Magisterio, «porque creo que el arte en la Educación es muy importante», dice. «La educación artística y la creatividad son imprescindibles, en mi opinión, para desarrollar un pensamiento crítico», señala. Precisamente la falta de atención a la creatividad durante la carrera es lo que provocó que se le «atragantara». «A nivel académico, todo lo referente a la creatividad se queda apartada. Soy bastante inquieta, así que lo dejé. Supongo que cuando ya das clase, hubiese sido diferente», reflexiona. Aunque probó suerte en Zaragoza, cuando llegó la crisis decidió volver a casa. Pese a no ser maestra, ha trabajado y trabaja con niños y niñas. Además, dibuja con los hijos de sus primos y con los de sus amigos.
Recuerda especialmente una colaboración que realizó con el Gloria Fuertes hace dos años. Ilustró 31 poemas -tanto como días tiene diciembre- y recorrió las bibliotecas y colegios e la comarca realizando talleres en familia. «Fue una experiencia muy bonita», detalla.

Ahora tiene un estudio en el que pasa horas y horas. Realiza encargos y aprovecha para crear y formarse, «algo fundamental en esta sociedad cambiante». No ha abandonado los grabados y apuesta por las nuevas tecnologías y técnicas para seguir creciendo como artista. También colabora con el comercio local, ahora con una serie de abanicos pintados de forma artesanal.
Con sus cómics, a Irán
En los últimos años, María Peguero se ha centrado mucho en el cómic. Tanto que ya es una «cartoonista» con trabajos que han llegado a Irán. Eso sí, virtualmente. María participó durante el estado de alarma en un encuentro en este país en el que sólo se seleccionaron trabajos de nueve españoles relacionados con la situación. La experiencia ha sido especial para ella puesto que una de sus referentes en la profesión es Marjane Satrapi, autora iraní del gran clásico de la novela gráfica: «Persépolis». Pero no es la única. Destaca a mujeres inspiradoras como Rocío Vidal, Bea Tormo, Ana Juan o Ana Miralles.
También es asidua a las ferias del cómic, sobre todo a la de Zaragoza, y forma parte de la asociación aragonesa de autores de cómics. Además, está en numerosos grupos de redes sociales como «De vuelta con el cuaderno». «Te tienes que mover en redes para que conozcan tu trabajo, tanto tus compañeros como el público en general», dice María. De hecho, la mejor forma de conocer su obra es visitar sus perfiles en Facebook e Instagram.
María, que recoge el testigo en EncontrARTE de la alcorisana Cristina Espada, reconoce que el estado de alarma ha sido difícil pero considera que ha supuesto un reto para crear y seguir aprendiendo. Asimismo subraya que los encuentros virtuales y las nuevas tecnologías han hecho posible que el arte haya traspasado fronteras. Todos los días, al igual que Espada que mantuvo mucha actividad en redes, se propuso compartir un dibujo y lo consiguió. «Siempre con la intención de transmitir un mensaje de reflexión y esperanza».