Guillermo Arriaga y Paula Ortiz fueron dos de los ponentes en una mesa redonda.
El Festival Internacional Buñuel-Calanda apostó en esta edición por crear un punto de encuentro entre profesionales. Si los festivales de Teruel tuvieron la oportunidad de reunirse el jueves en el Centro Buñuel Calanda, el viernes fue el turno de hablar de guión.
Para ello, y tras la primera actividad en el Parador de Alcañiz, en el CBC se celebró la mesa redonda «Guiones desde la rabia y la dulzura» en la que participaron, además del escritor mexicano Guillermo Arriaga, y la guionista y directora Paula Ortiz; el escritor, profesor y jurado, Carlos Tejeda y el director del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA), Gabriel Castaño. El coloquio, coordinado por la directora del Festival de Cine de La Almunia, Carmen Pemán, giró en torno a la importancia del guión y la figura del guionista.
Como afirmó Jose Ángel Guimerá, director del festival, en el renacer que supone esta decimotercera edición se ha querido poner especial acento en el guión. Este es el paso inicial y fundamental de cualquier película y, normalmente, no recibe suficiente reconocimiento.
Los ponentes respaldaron esta idea con experiencias propias. El mismo Guillermo Arriaga comentó que esa falta de reconocimiento fue uno de los motivos que le llevó a dejar de trabajar con el director Alejandro González Iñárritu. De hecho, se autodefinió como «escritor de cine» y no como «guionista». De esta manera se opuso a la idea de «hacer una guía» para un director y defendió que su trabajo consiste en crear historias que, junto al trabajo del director, se puedan llevar al cine.
Profesionales y visitantes y vecinos de Calanda escucharon la mesa redonda. / B. Severino
«La película es un acto colectivo y la dirección no consiste en imponer un criterio a los demás, sino en dirigir un mapa común para llegar a un resultado». Con estas palabras, Paula Ortiz respaldó el discurso del mejicano. Asimismo, la directora zaragozana habló de su experiencia en la escritura de cine y agradeció a su familia que le inculcara el hábito de la lectura.
Además tuvo lugar un debate común en la producción cinematográfica. Se trata de saber hasta qué punto el guionista debe aceptar cambios en su obra original. En cuanto a este tema, Arriaga señaló que en todos sus contratos exigía que los actores no pudieran improvisar. «Todo el guión, incluido los diálogos, tiene un sentido, y los actores no pueden cambiarlo», declaró. Por su parte, Paula Ortiz defendió que la semilla de la historia nunca debía modificarse por muchos cambios que se hicieran en el texto.
La presencia del Festival CiBRA en la mesa fue muy significativa. Con esta invitación, el Festival Buñuel Calanda dejaba clara su voluntad de reconocer la importancia de la palabra en el cine. No es la primera vez que se produce esta colaboración ya que, en noviembre de 2016, el alcalde de Calanda, José Ramón Ibañez, viajó a Toledo junto a la profesora de cine Amparo Martínez para hablar de la figura de Buñuel.
El CiBRA, que se celebra también en la Puebla de Montalbán, trata películas con guión adaptado y ya prepara su novena edición.
Paula Ortiz, tras la mesa redonda. / B. Severino
Ortiz-Lorca-Buñuel
Paula Ortiz fue una de las invitadas en la recta final del festival para hablar, junto al resto de la mesa, sobre guión. Con su presencia se produjo un encuentro casi inevitable, ya que «La Novia», basada en «Bodas de Sangre», de Federico García Lorca, se proyectó el año pasado una de las noches en el patio del CBC. La actriz Luisa Gavasa fue la encargada de representar entonces al equipo. «Lorca, Buñuel y nosotros. ¡Sí! Es una maravilla poder estar aquí», rió.
Ortiz valoró el festival y destacó que, «no es solo un lujo que un escritor de la talla de Arriaga viaje a Aragón», sino que además reconoce en la visita un gesto de respeto por Buñuel y por su obra. «Buñuel ha sido un maestro en el sentido etimológico de la palabra. Sus obras me han enseñado a hacer cine», comentó. Además, valoró en gran medida la valentía radical que caracteriza toda su obra y señaló que es algo de lo que el cine actual carece bastante.
A su vez, agradeció que un festival como el de Calanda reivindicara la figura del guionista. Según ella, «estos profesionales están poco valorados en este país, tanto artística como profesional y económicamente». Por último, la directora animó a aprovechar «un sitio tan maravilloso» como el Centro Buñuel Calanda para darle vida a la obra de Luis Buñuel.
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