«En el confinamiento intensificamos las horas de formación»

Mª Eugenia Aguirre

Dentista al frente de la clínica dental Aguirre Abad

TRAYECTORIA

Mª Eugenia Aguirre atesora veinticinco años de experiencia como dentista, un servicio que desempeña con el firme convencimiento de que la formación es indispensable para ofrecer la mejor atención.

Son cuatro profesionales en la avenida Aragón de Alcañiz que dispensan un trato familiar al tiempo que reciben todo tipo de formación sobre los nuevos métodos de un sector en continua evolución. En todos estos años, es la primera vez que ha cerrado la clínica tanto tiempo -aunque ha prestado servicio de urgencia-. Sólo una vez fueron más de dos semanas para viajar a trabajar con una oenegé. Como aseguran, en la clínica se ocupan de proporcionar los tres principios de la medicina: prevención, diagnóstico y tratamiento de los problemas bucodentales.

Horario flexible previa petición de cita. Adaptarse a la «nueva normalidad», extraer de la crisis oportunidades de formación y atender a los clientes incluso de forma virtual ha sido fundamental para afrontar la pandemia covid-19 para la  Clínica Dental Mª Eugenia Aguirre Abad, un centro que sigue dando sus servicios en estos nuevos tiempos con toda la logística adaptada a la situación. Mamparas, geles hidroalcohólicos, gafas, pantallas, mascarillas y entradas y salidas de pacientes de uno en uno es la llamada «nueva normalidad».

Lo que no ha cambiado es la atención profesional con buenas dosis de cariño que siempre han dispensado entre sus paredes.

«La sala de espera siempre ha sido un punto de encuentro porque tenemos pacientes de muchos pueblos y las conversaciones siempre han sido muy animadas», explica Aguirre que agradece la comprensión y el arropo que reciben de los usuarios. «La gente se está portando fenomenal y pone todo de su parte para facilitar el trabajo», añade.

El paciente agradece así el esfuerzo del equipo que en las semanas más estrictas de la cuarentena no dejó de trabajar. Una vez por semana atendieron las urgencias y durante cada día, a través de videoconferencias o teléfono, trataron de aliviar dolencias y seguir algunos tratamientos. Aguirre, que atesora veinticinco años de experiencia, está convencida de que estos métodos han llegado para quedarse pero, de momento como complemento, porque «una caries o un implante deben hacerse de forma manual, este trabajo es así», apunta.

Cita previa y priorización

Tras las semanas de cierre de la clínica, en mayo ya comenzaron a recibir de nuevo a los pacientes con su cita previa y priorizados según los casos. Esto requirió de un trabajo previo muy exhaustivo tanto en la preparación de todas las medidas de seguridad como en la reubicación de las citas en las agendas. Muchas de esas medidas ya se aplicaban al tratarse de un centro médico.

Ahora, en esta nueva época, hay que calcular muy bien el tiempo que precisa cada paciente para evitar que coincida con el siguiente y que quede espacio suficiente entre una cita y otra para desinfectar a fondo y ventilar. «La primera semana terminamos agotadas física y mentalmente porque estás pendiente de muchas cosas pero ya nos hemos acoplado a esta nueva normalidad y no hay ningún problema», sonríe.

Recuerda los primeros días del decreto de alarma como «un shock» y un desconcierto debido a las órdenes iniciales contradictorias. Donaron todo el material del que disponían a centros hospitalarios y se encontraron con problemas de abastecimiento cuando tuvieron que proseguir con su actividad como servicio esencial. «Esto nos pasó a todas las clínicas y aquí también nos hicimos unas batas con bolsas de basura porque no llegaba todo el material solicitado, fue un poco de caos en el que hubo que improvisar», recuerda.

Clínicas como la suya no han dejado de prestar sus servicios a pesar de las dificultades. Confía en que esta situación sirva, al menos, para aprender y también para que los autónomos reciban un apoyo real. Como en tantas empresas, en la clínica hubo que hacer un ERTE y son tres trabajadoras aunque habitualmente trabajan cuatro profesionales: Aguirre, una higienista, una limpiadora y una auxiliar, además de una doctora para endodoncias que atiende en unos días determinados.

Las tecnologías son un complemento perfecto, nuestro trabajo es manual pero tratamientos como el de la ortodoncia invisible se puede seguir a distancia

A la vanguardia

En la clínica realizan «un poco de todo» lo propio de una clínica dental. Desde implantes hasta tratamientos de limpieza, higiene, puentes, cirugía, odontología infantil y empastes, pasando por la endodoncia y la ortodoncia. Esto último es lo que más trabajan y es una de las pruebas de los avances en tecnología. «Es una maravilla cómo se puede seguir con los tratamientos invisibles a través de una videollamada o una foto, no tiene nada que ver con la época de los brackets», reflexiona.  La parte que no se muestra a la galería es la que se dedica a la formación. En los dos meses de confinamiento esas horas se intensificaron con cursos, webinar e incluso un congreso de ortodoncia. Todo, vía online y con cientos de profesionales conectados desde sus casas. «Es indispensable seguir los ritmos porque salen nuevos métodos, materiales…», comenta.

En ese sentido, Aguirre siempre ha tratado de adelantarse. «Si sale algo nuevo en cuanto compruebo que funciona bien, lo aplico. Me acoplo a los tiempos», concluye.

Clínica dental Aguirre Abad