Médicos y enfermeros de Primaria han comenzado unos paros que podrían terminar en huelga
«Sufrimos todos, médicos y pacientes, una situación que se ha ido agravando con el tiempo. Hay menos médicos en bolsa, nos vemos obligados a doblar consultas y no hay sustitutos para cubrir todo tipo de contingencias y esto lo acaba padeciendo la ciudadanía». Quien habla es Carmen Gan, coordinadora del Centro de Salud de Alcañiz y una de las muchas facultativas que este jueves salió a la calle en Aragón «por una sanidad pública de calidad». Reivindicaron que se encuentran saturados y con plantillas muy ajustadas; lo que acaba redundando en la atención que se presta a los pacientes.
Un ejemplo. La capital bajoaragonesa es la localidad con una mayor presión asistencial de toda la provincia de Teruel. La sobrecarga de trabajo y la falta de médicos ha obligado a cerrar consultas de pueblos dos días en lo que llevamos de año debido a que no se encontraban sustitutos. Es el caso de Valmuel-Puigmoreno y de Castelserás.
Los médicos y enfermeros de los centros de salud y consultorios del Bajo Aragón Histórico alzaron la voz al igual que hicieron sus compañeros de toda España para reclamar mejoras en la sanidad. El sindicato mayoritario en el sector de la sanidad, CEMSATSE– integrado por los médicos CESMARAGÓN y FASAMET y de enfermería SATSE- convocó en Aragón dos paros parciales de diez minutos a las 12.00 y las 18.00 en las puertas de los ambulatorios «por una sanidad pública de calidad» que se repetirán en el 21 de febrero y el 7 y 21 marzo. Si no hay un entendimiento con el Gobierno de Aragón les llevarán a una huelga en el mes de abril. De hecho, ayer ya hubo polémica y desde el sindicato denunciaron los «abusivos e injustificados» servicios mínimos establecidos por el Salud.
Sus reivindicaciones son consecuencia de los continuos recortes, falta de medios y personal y otros graves problemas que, según los profesionales, están llevando al sistema sanitario de la comunidad a una «situación límite». Coinciden en un «hartazgo» ante la pasividad de la administración y reclaman «asegurar una asistencia de calidad a nuestros pacientes, tener tiempo y condiciones de trabajo adecuadas».
Reclaman, por un lado, dignificar su profesión con la recuperación de los derechos-laborales y económicos– recortados durante la crisis; y por otro, contar con las prestaciones necesarias para ofrecer una atención primaria de calidad.

Esto último pasaría principalmente porque exista un cupo máximo de 1.500 cartillas por médico de familia y 1.000 en el caso de los pediatras. Sin embargo, estas cifras se sobrepasan en muchas ocasiones. El Centro de Salud de Alcañiz es el que cuenta con una mayor presión asistencial de toda la provincia de Teruel con unas 1.700 cartillas de media por médico que en el caso de la capital se elevan hasta las 1.900-2.000. «Esto se traduce en que cuando el médico titular no está no siempre tiene sustituto y eso obliga a derivar a sus pacientes a los otros compañeros. Esto genera demoras en las citas y una sobrecarga en urgencias porque muchas personas cuando no logran atención rápidamente acuden por las tardes», explica la coordinadora del Centro de Salud de Alcañiz.
También exceden la presión asistencial en Alcorisa y Calanda con 1.600 en cada uno. Caspe está en 1.500 por facultativo y por debajo se sitúa Andorra, con 1.340 de media. Contrastan los datos de un médico que lleva pueblos pequeños de la zona de salud de Alcorisa, con solo 162 cartillas aunque muchos kilómetros de carretera.
Otra de sus reivindicaciones es la excesiva burocracia a la que están sometidos, lo que les resta tiempo de atención a sus pacientes unido, especialmente en los pueblos pequeños, donde trabajan con ordenadores viejos e internet con baja potencia que les resta tiempo de atención; y problemas para realizar sustituciones por la falta de plantillas, entre otros. «Estamos encerrados en burocracia, se me está olvidando la medicina. El miércoles tuve que realizar un informe para que a un paciente no le cortaran la luz», explica María Teresa Godino , médico de Caspe. En la Ciudad del Compromiso además de más facultativos reclaman que el Centro de Salud se les ha quedado pequeño.
A ello se suman los viajes entre consultorios con sus propios coches (son los únicos profesionales del Salud que aportan su vehículo) y problemas para realizar sustituciones por la falta de plantillas.
Estas condiciones precarias se enmarcan dentro de un problema global en España de falta de médicos, y más en las zonas rurales. Una situación que por el momento, los pacientes aún no perciben, en toda su magnitud, por el esfuerzo de las plantillas actuales, especialmente los MAC, para cubrir los huecos pero denuncian que «no pueden estar siempre así».
La falta de médicos en atención primaria-al igual que en los hospitales- se agrava a medida que pasa el tiempo. Hace año y medio se calculó que casi el 30% de la plantilla actual se jubilaría hasta 2021. Es decir, que se perdería a un tercio del colectivo en un momento que es complicado sustituirlos. Una de las «soluciones» en este sentido es que Aragón cambie la norma para que los médicos de fuera de la Unión Europea puedan estar en la bolsa y convertirse en fijos. Otras comunidades ya lo permiten y estas personas se marchan hacia donde tienen más estabilidad. También piden que los incentivos para la difícil cobertura que puso en marcha el Salud no sean para determinados centros de salud sino para plazas concretas. Por ejemplo, ser médico en el Mas puede ser atractivo pero no de las pedanías.
Sin pediatras
Los principales problemas se encuentran en la atención a los más pequeños. Tan solo tres de las diez plazas de Pediatría del sector están cubiertas por médicos con esta especialidad. Las tres están en el centro de salud de Alcañiz y una de ellas se ha cubierto con la última oposición. En este proceso selectivo el Salud ofertó, entre las de toda la comunidad, cinco plazas en la zona. Solo se reclamó la de la capital bajoaragonesa y se quedaron vacantes las de Maella, Caspe-Maella, Valderrobres y Alcorisa. Además, por cuestiones administrativas no se ofertaron otros dos centros que no tienen pediatra, Andorra e Híjar, por lo que no se han podido cubrir. En todos estos consultorios son médicos de familia los que hacen las labores de especialista de niños