Y con la chaqueta en la mano, «porque el tiempo está loco» tal y como se comentaba entre los pasillos de los pabellones de Expo Caspe se ha vivido la segunda jornada de la feria. Tres pabellones, una zona de ganadería, otra dedicada al motor, atracciones, actividades, en definitiva una infinidad de oferta que hacen que a cualquiera le apetezca venir a pasar la tarde a la Ciudad del Compromiso. Sin embargo, para poder conocer la feria a fondo hay que ir poco, sin perder detalle y parando en cada uno de los stands. Nunca se sabe que es lo que uno se puede encontrar y llevarse hasta su casa.
La primera parada: los pabellones dedicados al comercio y la industria, aunque antes de entrar, una larga fila de tractores y coches protagonizan la zona. Entre los vehículos, futuros pequeños tractoristas, que prefieren montarse en los tractores antes que en las atracciones. A su lado, sus padres inmortalizando el momento entre risas y aplausos. Tras este pequeño parón, toca entrar en el pabellón. Y aunque algunos expositores confiesan que a primera hora de la tarde el ambiente está bastante calmado, poco a poco conforme va avanzando la jornada la gente empieza a hacerse notar. Lo que está claro, es que hasta la feria se acercan miles de visitantes y de muchos sitios diferentes porque el bilingüismo podría ser otro de los protagonistas entre los pasillos.

Asimismo, en los expositores, destaca la satisfacción de dos grupos caspolinos que este año están de celebración. En primer lugar, el ‘Coro Ciudad de Caspe’ con un expositor lleno de fotografías que muestran la trayectoria de los 50 años del grupo. Y muy cerca, el Centro de Estudios Culturales del Bajo Aragón Caspe (CEDBAC), quienes con un gran letrero en su stand señalan los 50 años del rescate de la ermita de Santa María de la Horta.

Es el turno ahora del segundo pabellón, donde cada vez el bullicio se hace más protagonista. Es el dedicado a la gastronomía y con solo entrar el olor a queso, embutido, jamón, olivas o frutos secos captan la atención de más de uno. En el fondo, una zona con mesas para poder disfrutar del ambiente y de un concierto en directo protagonizado por el grupo caspolino ‘Cover’. Sus integrantes, minutos antes de empezar con el espectáculo confiesan «estar muy poco nerviosos y con muchas ganas de darlo todo para que los vecinos disfruten al máximo».
Y con el ruido de fondo del pabellón número dos, el dedicado a la ganadería protagoniza una larga cola. Dentro ovejas, burros, cabras y este año como novedad una zona con gallinas del Sobrarbe que llama la atención a todos los presentes. Pequeños y mayores observan con detenimiento a todos los animales, pero en especial a unas ovejas recién nacidas que roban la mirada a cualquiera.
Para clausurar la jornada por todo lo alto, en las afueras del recinto, también hay muchos que han optado por disfrutar de la adrenalina de las atracciones y de las paradas de comida de los feriantes. De hecho, es raro ver a alguien que no lleve en sus manos unos churros de ‘La Aragonesa’. A todo ello, se unen la gran variedad de opciones para los pequeños, quienes con una gran sonrisa viven la feria a lo grande.

Por delante, todavía queda un día entero en el que seguro todos los visitantes de Expo Caspe van exprimir al máximo el recinto ferial y todas las actividades preparadas en la 41 edición de la feria agrícola, ganadera, comercial e industrial más grande de todo el Bajo Aragón Histórico.