El Museo Lázaro Galdiano de Madrid acoge 'Los sueños de la razón', la muestra sobre los dos genios universales de Aragón
Arquear las cejas y fruncir el ceño. Primero una cosa, luego la otra o ambas casi a la vez, pero estos son los gestos que suelen dibujar en sus rostros las personas que deciden entrar a la exposición «Goya-Buñuel. Los sueños de la razón».
Para eso hay que ir al número 122 de la calle Serrano de Madrid pero esto, lejos de ser un impedimento, se presenta como un aliciente a las escapadas de fin de semana por las que optan muchos bajoaragoneses. Así lo han entendido más de cinco mil personas, que son las que han pasado por el Museo Lázaro Galdiano desde que la exposición se inauguró el 13 de diciembre.
La propuesta ya seduce de por sí al relacionar a dos genios, dos aragoneses universales pero dedicados a artes diferentes y con 150 años de diferencia, así que, ¿qué pueden tener en común? Con esta incógnita y la sed de saciar esta curiosidad entra el visitante. El mismo que arquea las cejas, frunce el ceño y se toca el mentón con extrañeza hasta que, poco a poco, se va dando cuenta de que hay más puntos en común entre ambos que al contrario.
Nada más acceder a la primera sala la primera parada es, precisamente, la curiosidad. Goya y Buñuel siempre se movieron por ella y ahí, el visitante, que siente este hecho como un guiño personal, comienza a relajarse y a dejarse llevar.
Ahí empieza a ser consciente de que lo que va a vivir no es una exposición sino una experiencia. Por delante le esperan más cosas por descubrir con las que saciar su sed de curiosidad por encima de sus expectativas.
Al valor de esta curiosidad y del aprendizaje siguen el resto de puntos en común. Son dos personajes, que dentro de que habitaron en épocas muy distintas, ambos vivieron guerras muy importantes, los dos viven el exilio y padecen sordera. «Son aspectos que a uno le posicionan vitalmente y les pone en una posición como creadores muy especial, ser sordo te obliga a ver más allá». Amparo Martínez es una de las comisarias de la muestra junto a José Ignacio Calvo. Son el tándem perfecto pues ella es experta en Buñuel y él, en Goya. «Lo más importante es que ambos miran al interior y eso les une mucho porque van del Romanticismo hasta terminar en las vanguardias», reflexiona. La exposición ocupa dos salas y, a través de los cuadros y grabados de uno, y de los guiones y películas proyectadas del otro, el visitante ve, delante de sus ojos, las similitudes. El espíritu crítico, la denuncia de la violencia o la subversión en la libertad, se aprecian en Caprichos como «Subir y bajar» o en películas como «Nazarín». «Los dos tienen una libertad interior muy marcada como creadores y eso nos pareció fundamental. A partir de ahí, salió lo demás», añade Martínez.
La segunda sala está dedicada al punto de convergencia directo de los dos y, quizá uno de los más desconocidos para el público. Fue en 1926 cuando Luis Buñuel tuvo que acercarse a Goya muy profundamente porque le encargaron el guión de una película. No prosperó pero Buñuel estudió a fondo al pintor y ese poso quedó para siempre.
La visita es una inyección de moral porque el público acaba con la curiosidad completa y con la enorme satisfacción de saber de que, por muchos años que uno cumpla, siempre hay cosas que descubrir. Tan solo hay que relajarse y, como siempre hicieron Goya y Buñuel, abandonarse a la curiosidad.
Expedición a Madrid
Esta temática es fruto de un encargo del Gobierno de Aragón para una exposición junto a la Fundación IberCaja en la que los comisarios se emplearon en establecer los paralelismos. Esto demuestra que por mucho que un personaje esté estudiado, todo depende del punto de vista para extraer más datos.
Unir a los dos genios en una muestra fue la apuesta de la DGA para impulsar a las figuras aragonesas y por eso, Madrid ha sido la primera parada. El viernes, el departamento de Educación Cultura y Deporte organizó una visita guiada para medios de comunicación, sobre todo, los aragoneses y entre ellos La COMARCA. «Queremos que nos ayudéis a ser embajadores de esta exposición de nuestros aragoneses más universales», dijo la consejera, Mayte Pérez. «Queremos salir de Aragón y proyectar una comunidad universal como ya hicieron Goya y Buñuel. Ambos rompieron moldes y se adelantaron a su tiempo», siguió. «Desde Aragón podemos contribuir a hacer un país mejor y la Cultura es el mejor medio que tenemos» concluyó.
Testigos de la visita y de las palabras de la consejera fueron varios aragoneses que viven en Madrid, como Luisa Gavasa, una persona que siempre está ahí. «Creo que es mi deber moral y me gusta estar cuando me llaman. Ver un Goya de cerca impresiona y cuando han colocado su autorretrato junto al cuadro de Luis Buñuel me he emocionado», aseguró sin esconder sus nervios como próxima pregonera de las Bodas de Isabel. «Esa tierra de Teruel es tan especial», suspiró.