Se mantiene la plantilla de 27 empleados de la Central de Ciclo Combinado de Escatrón.
El final del proceso de subasta parece que ha traído consigo el final de la incertidumbre en la Central de Ciclo Combinado ‘Peaker’ de Escatrón. Ha dejado de pertenecer a Global 3 Combi S.L.U. para formar parte del grupo empresarial IGNIS.
La operación se hizo efectiva el 16 de diciembre y en la actualidad se encuentran en pleno proceso de transición, es por ello, que desde la empresa todavía no hay pronunciamiento.
No obstante, la adquisición de la Peaker ya aparece recogida en su página web según la cual «actualmente IGNIS es propietaria de cuatro plantas de cogeneración en España, asociadas a actividades medioambientales de desimpacto de purines porcinos, y de un ciclo combinado, Peaker Escatrón». Las plantas de desimpacto de purines están ubicadas en Alcarrás (Lérida), Eresma (Valladolid), Corcó y Voltregá, estas dos últimas en Barcelona.
Esta situación garantiza la continuidad de los 27 empleados. Fuentes cercanas a la actividad destacaron que la de Escatrón es una planta única en España por su rapidez y versatilidad y esperan que su actividad sea reconocida por ello y no por episodios de cierre.
Apoyos en las reivindicaciones
En octubre de 2015 los trabajadores comenzaron una ronda en busca de apoyos en instituciones políticas y sociales ante lo que se preveía como un cierre inminente. La planta, que por su generación energética recibe ayudas estatales, se encontraba en concurso de acreedores en fase de liquidación.
Global 3 Combi S.L.U, grupo con sede en Barcelona participado en su mayor parte por fondos de inversión, fue el propietario hasta que entró en dicha situación y quedó en manos del juez. En ese punto solo cabían dos opciones, o el cierre o la venta a otras empresas. En julio salió a subasta y durante este tiempo varias mostraron su interés, dos de ellas seriamente hasta el final. Finalmente, el juez valoró la oferta de IGNIS por encima.
Aunque con incertidumbre, durante todo el procedimiento se ha respetado la continuidad de la plantilla, que ha seguido con la labor aunque con mucho menos volumen. Los 27 trabajadores proceden de Escatrón pero también de Caspe, Alcañiz, Puigmoreno, Alcorisa, Híjar, La Puebla de Híjar, Andorra, Montalbán, Sástago, Zaragoza y Lleida. Obtuvieron los apoyos de los grupos políticos de las Cortes de Aragón, de las comarcas implicadas y de los ayuntamientos.
El de Escatrón, especialmente, trabajó desde el inicio por dar facilidades para el relevo. Lo plasmaron en noviembre al aprobar en pleno la bonificación en dos impuestos. La modificación de la ordenanza está publicada en el Boletín Oficial de la DPZ del 30 de diciembre.
Por un lado, en el impuesto sobre actividades económicas se aplicará una bonificación del 95% «a favor de los sujetos pasivos que tributen por cuota municipal y que desarrollen actividades económicas que sean declaradas de especial interés o utilidad municipal por concurrir circunstancias de fomento del empleo que justifiquen tal declaración», dice la orden.
Por otro lado, se establece una «bonificación del 50% de la cuota íntegra del impuesto en las transmisiones de terrenos».
Ambos se bonificarán por un periodo máximo de tres ejercicios, el tiempo que queda de legislatura. «No queremos comprometer a la futura corporación y, además, es tiempo prudencial para que la nueva empresa remonte», valoró el alcalde de Escatrón, Juan Abad.
Las bonificaciones pueden perderse. Mantenerlas dependerá de IGNIS, que debe cumplir su parte. Debe salir del concurso de acreedores en fase de liquidación, para lo que hay un plan de viabilidad, y mantener y fomentar el empleo y sus condiciones.
En este capítulo añaden que «la garantía de permanencia de los puestos de trabajo solo podrá ser alterada en cumplimiento de la legislación laboral vigente y del Estatuto de Los Trabajadores. En este caso o en el supuesto de que el trabajador causase baja voluntaria por cualquier motivo o fallecimiento, deberá ser cubierto por otro trabajador, conservándose las mismas condiciones económicas y laborales en un plazo prudencial que no podrá superar los treinta días hábiles». Además, si comienza a generar beneficios, deberán revertir en el pueblo.
«No podíamos perder un recurso que tiene Escatrón y que da trabajo a casi 30 familias del Bajo Aragón. Es preferible que se ingrese menos durante un tiempo a que cese su actividad y debíamos dar una segunda oportunidad», concluyó.
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