Un pastor, vecino de Calanda, de 53 años ha sido hallado muerto este viernes en el paraje de La Ripola, término municipal de Calanda, en un camino que comunica la localidad con Andorra. Según fuentes de la Guardia Civil se presume que el fallecimiento se debió a causas naturales. En la instrucción de diligencias realizadas en el lugar de los hechos «no se ha apreciado violencia ni participación de terceras personas», a la espera de que la autopsia lo confirme.
El aviso fue dado por un familiar que salió en su búsqueda sobre las 18.30. En el lugar se personaron un forense así como la Policía Judicial de la Guardia Civil, produciéndose el levantamiento del cuerpo sobre las 21.30. El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Zaragoza para la realización de la autopsia. La investigación es instruida por el Juzgado Número 1 de Alcañiz.
El pastor, que llevaba siete años trabajando en una explotación ganadera de ovino en Calanda, había sacado ese día el rebaño a pastar sobre las 8.30, su horario habitual. En torno a las 16.00, como todos los días, debió haber acudido al encuentro con su cuñado para regresar juntos a Calanda, pero no lo hizo. El cuñado, al ver que no estaba en el lugar acordado, comenzó a llamarle por teléfono, pero no obtuvo respuesta, por lo que se dirigió hacia el corral en el que la víctima trabajaba, encontrando el cadáver en el trayecto. Así lo ha relatado este domingo el dueño de la explotación ganadera en la que trabajaba el pastor, Alfonso Palos, quien ha lamentado lo ocurrido. «Era una buenísima persona y al ser casi de mi misma edad nos llevábamos muy bien, era casi como un hermano; lo he sentido mucho», ha manifestado el ganadero.
Palos, que es concejal en el Ayuntamiento de Calanda, ha explicado que la tarde del pasado viernes, tras recibir el aviso de lo ocurrido por parte del cuñado de su empleado, se personó inmediatamente en el lugar del suceso, llamando a continuación al servicio de emergencia sanitaria y a la Guardia Civil, sin que nada se pudiera hacer por salvar la vida del pastor, que yacía a la orilla del camino.
La Guardia Civil no aprecia violencia ni participación de otras personas en la muerte del pastor. Por su parte, el propietario de la explotación ganadera baraja que la víctima pudiera sufrir un infarto o un mareo que derivara en una mala caída a raíz de la cual recibiera un golpe en la cabeza. El empresario apunta que el pastor pudo morir sobre las diez de la mañana, pues tiene conocimiento de que por esa hora ya no respondió a los mensajes que le envió su cuñado.