Las segundas Jornadas de Exaltación de la Mantilla organizadas por la Cofradía de La Soledad han vuelto a ser un éxito
Las segundas Jornadas de la Exaltación de la Mantilla organizadas por la Cofradía de las Esclavas de la Santísima Virgen de La Soledad volvieron a ser un éxito. Después de una primera edición en la que incluso hubo mujeres que no pudieron entrar a la antigua biblioteca de Alcañiz, este año las jornadas se trasladaron hasta el Colegio de la Inmaculada de Alcañiz. El centro habilitó un aula para la actividad y cerca de un centenar de mujeres no perdieron detalle de cómo debe colocarse la peineta y la mantilla. Además, la novedad de este año fue una charla sobre la historia de la teja y la peineta.
«Hemos organizado estas jornadas con mucha ilusión y muchas ganas. El año pasado nos sobrepasó y por eso esperamos que este año toda vaya perfecto. De hecho, si todo sigue así de bien, seguiremos haciendo las jornadas durante muchos más años», explicó Ana Celia Panadés, presidente de la confradía de La Soledad.
El principal objetivo de estas jornadas no es otro que acercar el mundo de la mantilla a las alcañizanas y así conseguir que no se pierda una tradición muy arraigada en la Semana Santa. «Hacer este tipo de jornadas es muy positivo. Es bueno que la gente vea cómo se debe poner una mantilla y que consigamos que esta tradición no quede en el cajón», destacó Pilar Lahoz, experta en mantillas.
Las jornadas de este año siguieron el mismo patrón que la pasada edición, aunque con un matiz importante. Si el pasado año la temática se centró sobre la mantilla, el viernes por la tarde se puso el foco en la peineta. Para explicar los orígenes y su protocolo acudió Pilar Albacar, experta y artesana de peinetas. «Se dice que todo el tema del protocolo de las peinetas comenzó hace unos dos siglos, aunque es cierto que el verdadero «boom» de las peinetas llegó en los años 20», explicó. En este sentido, también subrayó que en el pasado se utilizaban otros materiales para fabricar estos complementos. «Se prohibió la caza de animales como el rinoceronte, cocodrilos o tortugas y ahora se utiliza el acetato de celulosa para fabricarlas».
Respecto al protocolo, Albacar indicó que cada peineta tiene su momento. «Existen diferentes tipos de tejas y peinetas: unas son específicas para llevar en procesión, otras para ir a tomar un café, a los toros o para ir de fiesta. Además, el color y el tamaño varía en función de si eres una niña o adulta o si eres casada o soltera».
Después de la explicación, se procesión a la clase práctica de cómo colocar una mantilla y también de cómo hay que realizar el peinado para que la peineta quede bien colocada. Pilar Lahoz fue la encargada de ofrecer esta particular «masterclass». «Yo hago esto desde que era niña y es muy emocionante. Con la mantilla, la mujer refleja el respeto y la grandeza que tiene por la Semana Santa».
En cuanto a la teoría a la hora de colocar una mantilla, Pilar fue clara. «Tiene tres partes que son imprescindibles. La primera es la teja, luego está la sujeción y, obviamente, está la mantilla. Pero sin duda, lo más importante es la sujeción». Tras terminar el peinado a las modelos y colocar la respectiva mantilla a cada una, las mujeres de La Soledad compartieron experiencias e inquietudes con una gran merienda.