¿Cuál es la situación de la televisión como medio de comunicación hoy en día?
Primero pasamos de una televisión clásica, con pocos canales y que veíamos en familia, a una con más variantes y opciones. Y ahora desde la llegada de Netflix y otras plataformas la situación se ha descontrolado. Todo esto tiene detrás un cambio sustancial extraordinario de toda la industria de la televisión que ha venido propiciado por los cambios tecnológicos y, en mi ponencia, voy a intentar explicar qué está ocurriendo, qué implica para un país como el nuestro o hacia dónde vamos.
¿Y qué está ocurriendo? ¿Cuáles son las perspectivas de futuro de la televisión?
Hay amenazas bastante serias para la televisión pero la principal es Netflix, HBO y este tipo de grandes plataformas internacionales. Están sustituyendo la industria que generaba la televisión tradicional antaño y se está produciendo un salto preocupante ante el cual habría que reaccionar o ver de qué manera puede readaptarse la industria española a lo que es una evidencia: que los jóvenes quieren consumir otro tipo de contenidos. O nos adaptamos a estos nuevos tiempos o corremos el peligro de entrar en una profunda crisis que no afecta solo a la televisión en España sino en toda Europa y en el mundo en general.
¿Hacia dónde debe dirigirse la televisión para no caer en esta crisis de la que habla?
Cuando hay grandes convulsiones como la que estamos viviendo lo primero que hay que hacer es aceptarlas, nunca pretender eludirlas u olvidarlas. Y también resulta fundamental poner los medios necesarios para que el cambio pueda llevarse adelante, que son dos. Por un lado, el primer cambio tiene que ver con la política. Los grandes cambios industriales de un país o de un conjunto de países requieren de modelos políticos adaptados a cada situación. Por ejemplo, es conocido que muchas grandes multinacionales como Amazon o Google no pagan impuestos aquí sino que gozan de mecanismos diferentes. Hay que regular eso porque, si no, trabajas en una situación de inferioridad total y absoluta. Esto es extrapolable al caso de la televisión: necesitamos unos modelos industriales que permitan la supervivencia frente a mercados o modelos que, si no, van a arrasar con todo lo que hay. ¡Ah! Y hace falta que haya gobierno para que un país funcione…
Al margen de la política, ¿cuál es la segunda medida?
Las empresas deben plantear un cambio de estrategia. El tamaño es el tema clave porque estamos hablando de competencias con grupos de una potencia tan descomunal y tan increíble que hay que olvidar las guerras que habían existido hasta ahora entre Telecinco, Antena 3, TVE… Todo aquello que es pequeño no tiene valor.
«No es una cuestión de televisiones privadas contra públicas o del satélite contra el cable. Es estructural, en su conjunto. Todo aquello que es pequeño no tiene valor»
Habría que reestructurar el modelo tradicional…
Hace falta una estructura industrial que permita abordar proyectos muy ambiciosos, donde se contemple la industria en su conjunto. No es una cuestión de televisiones privadas contra públicas, del satélite contra el cable… Es estructural, en su conjunto. Además, España tiene la ventana del idioma con Latinoamérica, lo cual es una ventaja evidente respecto a otros países. España debería plantear algún proyecto alternativo a lo que hay actualmente y buscar un hueco para poder subsistir frente a estos grandes gigantes.
El crecimiento de Netflix o HBO es irrevocable, pero usted ha vivido la televisión desde dentro. ¿Qué autocrítica hace? ¿Qué le ha faltado a la televisión tradicional para que estos clientes potenciales se hayan mudado hacia estas plataformas?
No creo que la televisión tradicional haya cometido ningún error sino que los tiempos han desarrollado nuevas tecnologías y nuevas fórmulas. Quizá en el caso español lo que sí cabría criticar es lo que hemos dejado de hacer. Posiblemente, habría que haber desarrollado antes apuestas de producción, de búsqueda de alternativas o de creación de plataformas digitales manteniendo el negocio. No veo tanto problema a lo que se ha hecho sino a lo que falta por hacer, ¡que probablemente lo hagamos! Pero será tarde, como siempre.
«No creo que la televisión tradicional haya cometido ningún error. Quizá en el caso español sí cabría criticar lo que hemos dejado de hacer»
Lo que dificultaría más si cabe el hecho de poder competir de tú a tú.
Llegar cuando estén todas instaladas va a ser mucho más difícil. Es algo que se veía venir desde hace años y se podrían haber preparado alternativas generales. Creo que la ausencia de modelo, de gobierno y de tener un debate público sobre lo que está pasando ha complicado la situación. Además, el panorama económico nunca ha terminado de reponerse en el sector, algo que también ha contribuido a que la gente se acobarde y no quiera emprender nuevas aventuras.