El Pilar 2021 llega a Calanda con diferentes actividades programadas en varios días. Todas ellas se han adaptado a la situación que implica restricciones de aforos además de cumplir con las medidas sanitarias. La localidad ha ido organizando diferentes propuestas desde que empezó el verano y «cuando la tasa de vacunación ya era alta». Propuestas culturales como teatros o el Festival Internacional Buñuel Calanda, deportivas como el campus de fútbol con Vicente del Bosque o el World Padel Tour, o sociales como la recientemente celebrada Feria de San Miguel donde se premió a Mireia Belmonte. Todos ellos han servido de experiencia para que en el Pilar también haya diferentes actos además de los religiosos en honor a la patrona. La concejal de Festejos, Isabel Lamiel, hace balance de estos meses y reflexiona sobre lo preparado para este Pilar entre el 9 y el 13 de octubre además del 16 cuando se celebre el día de las personas mayores.
El sábado celebraron su prueba de fuego con la presentación de las reinas. ¿Qué balance realiza?
Fue muy bien. Hubo que adaptar el acto a la normativa y prescindir del ágape posterior, tampoco se invitó a autoridades de fuera del pueblo y se celebró en la plaza en lugar de en el pabellón. Ellas llegaron sin su carroza, algo tan tradicional y que junto a sus familias habíamos empezado a trabajar en ellas ya en agosto mientras se decidía si había fiestas más allá de septiembre. Al final la prohibición se amplió a octubre y quedan casi listas para el año que viene.
Es de agradecer que las reinas hayan querido serlo este año que sigue siendo tan atípico. ¿Cómo fue?
Ellas fueron nombradas y se quedaron sin su presentación el año pasado, y por lo tanto, sin su reinado. Durante todo este 2021 hemos mantenido varias reuniones con las familias y con las chicas según evolucionaba la situación y dijeron que sí. Además, tienen muchísima ilusión en salir y participar aunque los actos se hayan tenido que adaptar.
¿Cómo se prepara una concejalía de Festejos para una situación así?
Ha habido y hay muchos cambios. Cuando comenzó la pandemia, y ese verano ya viendo las incidencias que había y que teníamos la campaña del melocotón en estas fechas que es una de las fuentes de ingresos principales en el pueblo, tomamos la decisión de no organizar eventos. Fuimos bastante restrictivos porque el verano pasado todavía no había vacuna pero este año sí y la situación es muy diferente. Este agosto hicimos actos por San Roque especialmente para niños, el concierto de La Troba y música con jóvenes de la zona. Se repartieron las actividades y tuvimos también el festival de cine, un espectáculo de hipnosis, teatro, la Feria de San Miguel en septiembre, festival de jota, el World Padel Tour… Desde junio, cuando ya la tasa de vacunación era alta, hemos ido haciendo actividades y hemos visto que ha ido todo bien. La gente ha cumplido con las medidas y no ha habido casos. En base a esto y manteniendo reuniones con las reinas y asociaciones, decidimos llevar a cabo actos también para el Pilar. En un año normal son meses de antelación, pero ahora no. En cuanto al programa, ya en previsión de que iban a extender la prohibición de fiestas a octubre, empezamos a trabajar en un programa acorde a ello sin verbenas, procesiones, ni nada popular. Con todo, hemos tenido que realizar cambios de forma constante y hasta última hora nos tocará hacer porque estamos pendientes de que nos concedan más aforo en determinadas actividades o no. Lo fácil hubiera sido no plantear ningún acto pero teníamos ilusión nosotros, las reinas, la gente pedía que se hicieran actividades infantiles, musicales… Había ganas de disfrutar un poco después de todo lo vivido y hemos preparado un programa acorde a la situación.
¿Es una manera también de ayudar al comercio y la hostelería?
No programar ningún acto hubiera implicado que la gente se vaya fuera y eso repercute negativamente. Si no hay gente no compra flores para la Virgen, no reserva en los bares y restaurantes ni compra ropa.
Se ha adaptado el recorrido de la ofrenda. ¿Hay que inscribirse?
Junto a los colaboradores barajamos la posibilidad de la inscripción pero no merecía la pena. La ofrenda de Calanda se puede gestionar adaptando el recorrido a la situación evitando el centro de la plaza. Saldrá desde La Hoya en un recorrido vallado, habrá que mantener la distancia y aunque es al aire libre, el uso de la mascarilla es obligatorio. Con estas medidas y si todo el mundo es responsable como han demostrado hasta ahora, seguro que irá todo bien y podremos disfrutar.
También se han adaptado los fuegos artificiales. ¿Cómo lo han hecho?
Sí. No serán musicales para evitar concentraciones en un sitio. Se lanzarán a las 22.00 y se tirarán alto para que se puedan ver desde cualquier parte. Es la hora de la cena, así que, la gente los puede ver desde donde les pille el momento (sonríe).
¿Qué papel han jugado voluntarios y asociaciones en un año así?
Igual que realizamos reuniones con las reinas las hubo con las asociaciones que colaboran cada año y todas estuvieron de acuerdo en participar. El Cachirulo organiza el festival de jota que en verano ya hizo uno, la banda de música acompaña en los festejos taurinos y en la presentación igual que la coral, las amas de casa también colaboran y otras asociaciones, también. La decisión de tener actos ha sido el parecer de los calandinos, no hemos impuesto nada.
No se olvidan de los mayores. ¿Cómo han planteado su día?
Siempre se celebra después del Pilar y este año también pero adaptada, como el resto. Será el 16 y no habrá comida con el ayuntamiento pero se celebrará misa y por la tarde habrá concierto con La Troba. Es un grupo que disfrutaremos todos y especialmente la gente mayor.