«La antigua sinagoga de Híjar. Claves de un monumento excepcional», es el nombre del libro en el que Antonio Hernández recoge todos los secretos de la que se conoce como ermita de San Antón y de la que hasta hace cinco años no se sabía prácticamente nada. Después de casi un año de su presentación en la capital del Bajo Martín, la obra se presentó este mes de enero en la biblioteca de Aragón, en Zaragoza.
El libro, escrito en español e inglés, ha sido editado por Acrótera Gestión del Patrimonio, y ha contado con el patrocinio del Ayuntamiento de Híjar, el Grupo de investigación Argos de la Universidad de Zaragoza y el Instituto de Estudios Turolenses. De carácter divulgativo sobre historia, esta publicación analiza todas las evidencias materiales descubiertas hasta el momento relativas a la sinagoga del siglo XV que existía en esta localidad, y que han sido halladas en 2017 y 2018 durante los trabajos de consolidación de la ermita de San Antón.
Tras este descubrimiento, el caso de Híjar ha pasado a constituir uno de los mejor conservados ejemplos de este tipo de edificio de carácter religioso en España, que, por lo demás, fue habitual en muchas localidades durante los siglos XIII/XV. De hecho, este verano, la ermita de San Antón se convirtió en sede de la recién creada Red Europea de Patrimonio Judío.
Además, esta publicación es una apuesta decidida por la difusión del Patrimonio Cultural y de la investigación histórico-arqueológica que se está realizando en Aragón, en general, y de su pasado judío, en particular.
Casi un centenar de personas acudieron a la presentación del libro en Zaragoza. El acto contó con la participación de Jesús Franco, en representación de Acrótera, de Miguel Angel Motis, como investigador de los judíos aragoneses, y de Antonio Hernández, como autor principal. Luis Carlos Marquesán, alcalde de Híjar, que tenía previsto participar en la mesa, no pudo llegar a consecuencia de las fuertes nevadas caídas en el Bajo Aragón. Marisancho Menjón, Directora General de Patrimonio Cultural, fue quién clausuró el acto, alabando los extraordinarios hallazgos y agradeciendo el trabajo.
La ermita
Las primeras catas arqueológicas que se realizaron en este edificio antes de iniciarse las obras de reconstrucción en 2016, sacaron a la luz importantes vestigios. Restos, que no solo confirmaron que la ermita de San Antonio Abad había sido antes una sinagoga, sino que además es única en Aragón.
Las evidencias se basaron en el hallazgo de la base de la bimá, la tribuna desde la que se leía la Torá. Se conservan, además, dos de los cuatro apoyos de pilares sobre los que se elevaba la propia tribuna. Era sobreelevada para facilitar la audición y visibilidad y se eliminó cuando se cristianizó el templo. Este era el elemento de mayor interés y acabó teniendo una gran carga simbólica y social.
Entonces, el autor del libro, Antonio Hernández, ya dijo: «en España solo hay dos sinagogas medievales con signos tan evidentes. Después de la de Lorca (Murcia), la de Híjar es el ejemplo más claro». Bajo los restos de la sinagoga también se hallaron vestigios de época romana. La primera fase de restauración se llevó a cabo con una inversión total de 298.247,02 euros a cargo de los fondos FITE 2015 y 2016. Para la segunda fase se requieren alrededor de 300.000 euros más. Este verano, DGA licitó la segunda fase de las actuaciones por valor de 107.922,65 euros con fondo al FITE de 2017, por lo que aún faltarían unos 170.000 euros para terminar las obras de forma definitiva.
La ermita, de estilo mudéjar, fue construida a inicios del siglo XV. Forma parte del Conjunto Urbano de la Judería, Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés. Está ubicada junto al arco de entrada a la plaza de San Antón, centro neurálgico del antiguo barrio judío. Consta de una única nave dividida en cuatro tramos por tres arcos fajones de medio punto apuntados, con techumbre mudéjar de madera a dos aguas. En la actualidad, está en curso su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).