En un territorio de población envejecida, ¿cómo ve a los jóvenes?
Es fundamental que creen vínculos con su pueblo desde la infancia porque de lo contrario, si salen a estudiar fuera ya no vuelven. Cuando se habla de la España vaciada y de todas las políticas que se quieren llevar a cabo, creo que hay que preguntar también a los pequeños que son los que todavía viven en el pueblo. En este sentido es fundamental inculcarles el hábito de participar para que a medida que van creciendo sigan implicados. Si rascas un poco enseguida ves que tienen buenas ideas e iniciativas, lo tienen todo por dar. De hecho, en noviembre en el encuentro de Jóvenes Dinamizadores Rurales me llevé ya a tres chicas antenas rurales y acabamos de empezar en el Bajo Martín.
¿Qué le encomendaron al empezar?
Se habían realizado acciones pero puntuales y me transmitieron que había mucho interés en dinamizar a la gente joven, conocerla, y ver qué busca y necesita y tratar de aportárselo.
Llegó en un momento complejo. ¿Cómo se arranca un proyecto así en pandemia?
Llegué en octubre de 2020 con restricciones duras y tuvo su dificultad porque todo lo que implica resta cercanía. Pero hemos ido haciendo camino y los chavales ya me van conociendo y saben que se están haciendo cosas. Empezar en un puesto de nueva creación es un lienzo en blanco que, por un lado te permite libertad porque no hay nada pautado, y por otro da el respeto de iniciar desde cero. Pero bueno, los lienzos en blanco me gustan (ríe). Por esa parte el inicio fue difícil pero en lo demás, estupendo. El ambiente laboral es buenísimo.
¿Cómo ha sido la evolución en este casi año y medio?
Aunque parezca que año y medio es mucho, quizá no lo sea en este caso. Yo creo que todo trabajo con personas es un trabajo de estar y de que te vean, que lleguen a tener una referencia a la que acudir. Por eso digo que quizá un año no es suficiente para que alguien se acerque y te cuente o entre a participar en algo que le vayas a proponer. La pandemia lo ralentiza más y además en estas franjas de edad en las que ha hecho mucho daño.
¿Cómo está afectando la pandemia y sus restricciones a la adolescencia?
Si ya es una edad en la que quieres ir un poco por libre con tus amigos, eso se ha acentuado. Creo que todos en general estamos más para adentro de nosotros mismos y nos cuesta participar pero en el caso de ellos, más. Son dos años de no acercarse, no tocar y nada de grupos y eso coarta la espontaneidad que es una característica de la juventud. Pero con todo, noto que la participación va a más y no me quejo porque desde el primer momento los colegios, el CRA Bajo Martín y el IES Laín Entralgo me han abierto las puertas y los estudiantes se van acercando a actividades de patio a participar o solo a ver y preguntar. Son procesos largos.
Juventud está siendo clave en el desarrollo del proyecto Mundo R sobre la Economía Rural. ¿Cómo surgió esta iniciativa en la que se ha implicado a todas las edades?
El año pasado en la Comarca había una inquietud en torno al reciclaje porque hay que adaptarse a unas normativas europeas que indican que en 2023 los municipios de menos de 5.000 habitantes tienen que llegar al 51% de reciclaje y aquí estamos sobre el 20%. Desde presidencia plantearon la posibilidad de lanzar un proyecto para fomentar buenas prácticas en toda la sociedad. Así nació Mundo R y nos pareció interesante comenzar por los niños, niñas y adolescentes y en este caso por colegios y el instituto haciendo las sesiones informativas y formativas dinámicas. Empezamos por ellos para que luego arrastraran a las familias en las actividades fuera de clase, y también implicamos a las escuelas de educación de adultos que también se han volcado.
¿Es una forma también de acercar la institución a la sociedad?
Quizá es un pensamiento que debemos hacer desde las administraciones: más pedagogía. Cuando me presenté al alumnado de 6ª de Primaria vi que no lo tenían muy claro. Son los ciudadanos del futuro, a los que hay que escuchar, y deben saber que las administraciones están para pedir ayuda, para proponer o quejarse porque algo no funciona. Si hay interacción entre administraciones y ciudadanía, los pueblos mejoran porque la gente participa de un territorio al que está haciendo mejorar.
1º que escuchen ellos y acto seguido que hablen,
Cuando tengan alguna iniciativa operativa.Deben arriesgarse, ahorrar e invertir.