Quien ha sido una de las diseñadoras de moda más relevantes del panorama nacional disfruta de unos días de tranquilidad en Foz Calanda, su pueblo natal. Durante su estancia aprovechó para participar en un programa especial de Radio La Comarca emitido desde la localidad bajoaragonesa. En los micrófonos pudo explicar parte de su trayectoria, así como hablar de su vinculación con Foz Calanda.
Nació usted en Foz Calanda...
Sí, en las cantarerías. Mi padre era alfarero y yo nací en la casa de detrás. Estuve aquí hasta los 6 años y luego la familia se fue trasladando a Barcelona. Allá fuimos desarrollando cada uno nuestra actividad y a mí me tocó el terreno de la aguja. Me casé con un pintor, un artista catalán muy bueno, y yo siempre le decía: «yo sueño trajes» y él me contestaba: «si los sueñas es que los sabes hacer». Entonces empecé a dibujarlos, a cortarlos, y de alguna manera así ha transcurrido mi vocación.
¿A qué edad comenzó a "soñar trajes"?
Creo que tendría unos 14 años, pero de todas formas recuerdo que en mi familia ya se cosía. Yo salía del colegio y mi obsesión era esconder la cartera para olvidarme de los deberes y ponerme con los trapos, me gustaba. Recuerdo la primera vez que corté unos pantalones, no tenía mayor idea. A partir de ahí fui siguiendo. Después me salió la vena de hacer rayas y haciendo los diseños, cortando y probando se ha ido desarrollando mi vida.
Empezar es siempre un proceso interesante...
Siempre digo que, además de que lo mío era vocacional, el estar con gente creativa, con artistas, es importante. Eso te estimula y te ayuda a desarrollar un poco más la imaginación. Es importante saber con quién se junta uno.
¿Qué pasó después?
Empecé muy jovencita, pero a los veintitantos años es cuando me establecí de manera más seria. Después participé en desfiles en Madrid, aquí, allá y fui haciendo cosas. Ahora llevo ya una vida más tranquila (ríe).
En todo este tiempo ha mantenido la vinculación con Foz Calanda...
A mí me parece la cosa más natural del mundo. Nací en Foz y he tenido la enorme suerte de venir a este pueblo acompañada de mi nieta, porque le encanta el ambiente y la libertad, que indudablemente en Barcelona no se tiene.
Repasemos su trayectoria, ¿qué época recuerda con más cariño?
Los 70-80 fueron años álgidos. Será porque la moda en España también estaba en un buen momento. Se hacían muchas cosas que antes no se habían hecho. No hemos de olvidar que Balenciaga es español, Pertegaz es paisano… Ha habido nombres. Actualmente tenemos Zara, que para el país ha sido una cosa fantástica, indudablemente se ha despegado en la parte económica, que es algo sustancial para el mundo de la moda.
También usted ha vestido a la Reina Sofía...
Sí, de alguna manera es llegar, gustar y hacerlo bien y con el máximo rigor y seriedad. Creo que esto es fundamental en todas las profesiones. La gente de esta tierra tenemos fama de gente seria. Es tener el pundonor de querer hacer las cosas bien.
¿Cómo mantener un estilo propio cuando la moda es tan cambiante?
Aparte de lo que se llama moda, que a mí no me interesa tanto, es mucho más importante crear un estilo. Es fundamental tener tu propio criterio y tu propia forma de ver las cosas para, a partir de ahí, ir siguiendo la evolución, que indudablemente existe.
¿Ha sido complicado?
A mí mi trabajo me ha gustado muchísimo y en un trabajo que te gusta no cuentas las horas. A veces sin darte cuenta descuidas otras cosas también importantes, pero el trabajo es fundamental para quien lo siente.