Mario Viciosa es un periodista, realizador, profesor y escritor polifacético. Tras trabajar en Canal 33, Antena 3 o Canal Norte TV, fue durante diez años responsable de realización en El Mundo TV y redactor de Ciencia en El Mundo. Formó parte del equipo fundador del diario El Independiente, en el que trabajó como responsable de Ciencia y Salud, y se encargó de una serie de podcasts sobre ciencia.
Desde 2018, dirige las secciones de ciencia en Onda Cero, como el espacio ‘Divulga, que algo queda’. Un año después, se integra en Newtral, como responsable del área de Ciencia y presentador de temas de ciencia y clima en su programa ‘El Objetivo’. Con motivo de la pandemia de Covid-19, se convierte en presentador habitual de asuntos relacionados con el coronavirus en La Sexta, en espacios como ‘Al rojo vivo’ o ‘La Sexta Noche’. Ha sido profesor en la Escuela Unidad Editorial, e imparte clases en la Universidad CEU San Pablo y en el CSIC.
¿Cuál es el papel de la comunicación científica ante los retos del futuro? ¿Qué cabe en la sección de ciencia de los medios de comunicación y cómo contarlo? Sobre estas cuestiones y muchas más dialogará junto a la redactora jefa de Ciencia, Tecnología y Salud de El País, Patricia Fernández, en el V Curso de Periodismo de Alcañiz.
En su ponencia junto a Patricia Fernández se abordarán los retos futuros de la Comunicación Científica, ¿Cuáles son?
Nos enfrentamos al más grande de todos, que está en la esencia del periodismo. Es el de la verdad. Cuando sistemáticamente hay quien plantea hechos alternativos y decide construir una verdad paralela entramos directamente en barrena. Es algo que hemos podido vivir en muchas ocasiones, casi en primera persona durante la pandemia, cuando ha habido una feliz explosión de la información científica rigurosa, que paradójicamente ha sido sistemáticamente cuestionada por algunas personas, sobre todo algunos grupos más o menos interesados. Y no precisamente con un espíritu crítico. Detrás de esas conspiraciones lo que subyace es la construcción de verdades alternativas totalmente caprichosas, ajenas al método científico y a la más mínima crítica. Por desgracia han estado en algunos casos respaldadas por los dirigentes políticos. Este es el mayor reto al que se enfrenta la profesión periodística y particularmente en lo que a la comunicación científica se refiere.
Precisamente ante esa falta de verdad, ¿Qué papel tienen los consumidores de la información?
Tenemos más herramientas que nunca, pero también tenemos más información que nunca. Esto es un arma de doble filo. Podemos acercarnos a la verdad incluso de una manera crítica y en paralelo porque tenemos mucho acceso a información de muy buena calidad. El reto es distinguirla. Creo que hay una parte de alfabetización científica en la que poco a poco se va haciendo una labor conjunta como sociedad, y en la que los medios, las instituciones y las redes sociales tienen un papel muy importante. Por otra parte, en el lado en el que sistemáticamente se construye la mentira también hay un esfuerzo por intoxicar el discurso público de tal manera que termine siendo muy difícil distinguir que es verdad y que no. Los medios de comunicación más o menos convencionales tenemos un papel relevante de generar confianza y un diálogo con nuestras audiencias para afinar el foco. Cuando algo es complejo hay seducción por parte de la mentira con planteamientos muy básicos. De eso se nutren los populismos en la política y también se da en la información científica y de salud. Tenemos que reflexionar sobre cuál es nuestro papel.
Habla de la necesidad de que la información sea atractiva. ¿Cuál es el papel de las nuevas plataformas y nuevas formas de comunicar? Un ejemplo es Newtrinos...
Las plataformas te permiten llegar a distintas audiencias. En la experiencia que tuvimos con Newtrinos nos permitió llegar a ciertos públicos que sobre todo en aquel año, en 2021, se habían volcado con los streamings. Tuvieron una explosión porque estuvimos mucho tiempo en casa, redescubrimos el ordenador de sobremesa o el portátil, más allá del móvil, que es donde se consume fundamentalmente la información digital. Nos permitió incluso pulsar la parte más indeseable, como los trolls. En el chat de un stream pudimos ver por dónde van los discursos que intentan intoxicar, en un momento en el que hablábamos de cosas técnicas o científicas. También pudimos responder a las dudas más básicas de las personas que estaban en ese chat. Hay preguntas que como periodistas tenemos que hacer, pero también hay curiosidades básicas de la gente, que a veces son las más relevantes y que se nos pueden pasar por alto. Me gusta mucho la participación de las personas interesadas y también el pulso de quién está machacándote con un mensaje, por ejemplo, negacioncita. Así sabes por dónde tienes que seguir tirando como profesional y qué discursos tienes que combatir. También hay que estar muy atentos al algoritmo, una espada de Damocles, sobre todo para los que hacemos periodismo en el ámbito digital
¿Cuál es la plataforma del momento?
Ahora mismo es el momento de TikTok. Una generación entera ha entrado directamente en el consumo de información digital a través de esta plataforma. Son personas muy jóvenes que buscan directamente antes en TikTok que en Google. Este es un cambio importante para lo que viene. No sabemos si en dos años estaremos en otra cosa, pero es cierto que su alcance ahora mismo es monumental. Una vez más es un arma de doble filo. Igual que nos permite llegar a mucha gente, no falta la intoxicación. En la pugna por el algoritmo es donde tenemos que mostrar el músculo de la calidad, ofrecer algo atractivo y contar las cosas según están pasando, con el máximo rigor, compromiso y humildad. La velocidad de un TikTok exige unos códigos narrativos propios y de seducción. Nos exige ponernos al día, pero tampoco hay que volverse loco y centrarse solo en una plataforma. Tener un ancla de un medio de comunicación y una marca es importante. Estas plataformas pueden ser la puerta de entrada.
También saca tiempo para la educación. ¿Qué importancia tienen las aulas para quienes mañana vayan a ser divulgadores?
A mí me gusta mucho escuchar al alumnado por su perspectiva, no solo generacional sino también su manera de relacionarse con la información. Quienes trabajamos ya en redacciones habitualmente tenemos muchos vicios, tenemos una cultura de informarnos y unos cortafuegos que los futuros profesionales no tienen. Es interesante ver por dónde van sus intereses y qué les apetece contar. Lo que para ellos es importante, quizás en una redacción no es lo que tenemos en mente.
¿Qué es lo importante a la hora de divulgar?
Cuando hablo de ciencia me gusta mucho la parte básica de divulgación y las historias que, por ejemplo, hacemos en la radio los fines de semana en Onda Cero. Son universales y muestran el pálpito por la curiosidad del saber. Encuentro a una generación muy interesada que está dispuesta a indagar mucho más en cosas muy complejas, como la física de partículas y la microbiología. Hay buenas historias detrás de ello, algunas son de actualidad y otras eternas. A mí me gusta entablar ese diálogo con el alumnado para luego llevarlos a las herramientas que he ido descubriendo con el tiempo, particularmente en cuanto al acercamiento a la verdad. Hay herramientas de oficio como las técnicas de desmontaje de mentiras o las ideas de falsación de Popper. Estos son los trucos del día a día para manejarse, pero lo interesante son las reflexiones que a veces pasan desapercibidas en la vorágine de la redacción.