La severa tormenta de este jueves dejó en Albalate más de 100 vehículos afectados por el pedrisco de grandes dimensiones que cayó con la lluvia torrencial. Las propias compañías aseguradoras montaron un dispositivo especial durante toda la jornada del viernes para proceder a las reparaciones, dada la «alta demanda». Además, los Ayuntamientos trabajan desde el jueves para poder obtener las primeras valoraciones. En cuanto a la campaña de la fruta, se da «prácticamente por perdida» en Albalate, Urrea y Samper. Por su parte, los vecinos y brigadas siguen achicando agua y limpiando sus calles.
El Bajo Martín trata de reponerse del inusual temporal de grandes dimensiones que azotó al territorio a partir de las 16.00 del jueves. La capital cultural de esta comarca, Albalate, se llevó la peor parte junto a Alcañiz y registró más de un centenar de lunas de coches destrozadas, carrocerías con abolladuras, tejas rotas y también algunas aves como palomas muertas. La alcaldesa de Albalate, Celia Trullén, celebró «no tener que lamentar daños personales» y explicó que desde el viernes por la mañana, en el Molino de la Sociedad, una franquicia de la empresa Cristalbox se encargó de atender a aquellos vehículos que habían sufrido daños en sus cristales.
«Las propias aseguradoras nos pidieron facilitarles un sitio para poder prestar a sus asegurados la mejor atención posible. Evidentemente estamos facilitando todas las condiciones», destacó la primera edil.
Asimismo, Trullén incidió en que la zona del polígono industrial San Cristóbal fue «una de las peor paradas». Prácticamente la totalidad de vehículos que se encontraban en ese momento en la zona industrial sufrieron daños de consideración. Algunos tejados de almacenes y eras no se libraron. «La afección ha sido muy general, pero efectivamente en esta zona se concentraron los daños más importantes», matizó.
Afortunadamente, no se han registrado daños estructurales en ninguno de los inmuebles habitados. A largo de la jornada del viernes, se estuvo trabajando para restablecer la normalidad en las calles, algunas de las cuales han tenido mayor afección, como es el caso de la Calle Castillo. «Quiero agradecer la labor de la brigada para volver a la normalidad lo más rápido posible», subrayó la alcaldesa.
Híjar y Urrea, también recuperándose
En la vecina Híjar, el granizo no llegó al casco urbano, según apuntó este jueves Jesús Puyol, el líder de la corporación municipal. Eso sí, aseguró que cayó «mucha agua» y que la carretera que cruza el municipio quedó parcialmente inundada y cubierta por una capa de barro. La ingente cantidad de agua sin control también alcanzó alguna casa y bodegas colindantes. «Fueron unos 25 litros en media hora. El barro bajó hasta la carretera. Llevamos todo el día limpiando con la brigada y el camión de bomberos. Creemos que terminaremos este sábado por la mañana», concretó Puyol.
Urrea de Gaén también trata de regresar a la normalidad un día después de una tarde para olvidar. «Inicialmente fue un shock. Nos encontramos con la carretera y las dos piscinas llenas de barro, las calles llenas de piedras y algunas casas con agua«, relató la alcaldesa, Silvia Blasco. «En el campo muchos de los accesos están impracticables y tenemos la piscina cerrada hasta este sábado», añadió. A última hora de la tarde de este viernes, la situación quedó «prácticamente controlada».
Cortes en la N-232 y en la A-1401
Cabe recordar que este temporal también provocó un corte en la N-232 entre Híjar y Alcañiz, a la altura del puente del antiguo tren que hay antes de llegar a la capital del Bajo Martín. La gran cantidad de precipitaciones inundaron la val que hay justo al lado y el agua llegó hasta la carretera. También se cortó la A-1401 entre Ariño y Albalate a la altura de El Batán por la caída de un árbol de grandes dimensiones. Intervinieron los bomberos de la DPT unas tres horas para solventarlo, entre las 18.00 y las 21.00.
En hijar sufrimos los garajes de la zona nueva de la carretera Alcañiz que nos entró agua sin talento hasta una obra nueva que se está haciendo se lleno de agua al llenarse la era de agua y entrar agua entre el hormigón de la misma. Sin duda los humanos somos torpes y hacemos garajes y bodegas subterráneas en vales donde cuando llueve baja mucha agua, y luego se nos llenan hasta arriba. En la calle mayor y calle Santa Rosa los servicios de limpieza han estado sacando agua de varias bodegas.
pues si también hay otra opción de edificar sin bodegas ni cocheras ni nada empezar a edificar aún metro del suelo
Es lo más razonable pero tontos, hay, habrá y ha habido siempre.
Esto hacen los inteligentes…