La finalización de las obras de la variante de Alcorisa (N-211) se retrasará alrededor de medio año respecto a la última fecha anunciada, el próximo mes de septiembre. No estará hasta dentro de «casi más de un año» según ha confirmado este martes el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Xavier Flores. «El coronavirus, los problemas de suministros y la dificultad para movilizar servicios» son los problemas que ha encontrado la obra, que comenzó en marzo de 2020 y ya ha superado más de la mitad de su ejecución con un presupuesto de adjudicación de 32,1 millones de euros que ejecuta la constructora Azvi. Actualmente trabajan en Alcorisa alrededor de 120 personas y en los picos se han alcanzado los 200 empleados.
El secretario general de Infraestructuras ha encabezado una delegación de autoridades que visitó los trabajos que permitirán que Alcorisa ya no sufra un tráfico diario de más de 3.300 vehículos de los que el 13% son tráfico pesado. Los dos kilómetros de travesía que parten por la mitad la localidad bajoaragonesa y que son todo un peligro para la seguridad se sustituirán por 6,8 kilómetros de una «reivindicada» variante con la que se ganará en «comodida y seguridad» tal y como destacó ayer el alcalde de Alcorisa, Miguel Iranzo.
Se contará con un nuevo trazado con carriles de 3,5 metros y arcenes de 1,5 metros por sentido conectará con la red viaria existente a través de dos enlaces completos, oeste (conexión con Molinos) y central (dirección Andorra) y un semienlace, el este (Alcañiz). Se completa con 11 estructuras, ente las que se cuenta con tres viaductos, uno de ellos sobre el río Guadalopillo; los pasos superiores e inferiores de los enlaces y seis pasos de caminos existentes, obras de drenaje, señalización, servicios afectados y actuaciones de vigilancia ambiental. En las paredes de los viaductos se pueden ver los escudos de Aragón, la provincia de Teruel, la localidad de Alcorisa y el Colegio de Ingenieros.
«Es la primera visita de obras que realizo como secretario general de Infraestructuras. He querido venir a Alcorisa porque creo que es una obra muy significativa que mejora la calidad de vida de sus vecinos sacando el tráfico de camiones y vehículos de la travesía. El Ministerio puede tener obras más grandes o de mayor impacto económico, pero está comprometido con actuar en todos los rincones del país donde se necesita», afirmó ayer el secretario general, quien dijo que la obra de Alcorisa, reivindicada y comprometida desde hace muchos años, es «un acto merecido».
Flores también ha querido verbalizar el «compromiso» del Gobierno Central con el resto de infraestructuras pendientes de la provincia de Teruel. Ha asegurado que el «próximo mes o el siguiente» comenzará la obra de la N-330 entre Villastar y Teruel; y recordó que ya se está trabajando en la A-68 entre El Burgo y Fuentes y se están redactando o están a punto de adjudicarse los proyectos de autovía del Regallo a Alcañiz y de Alcañiz a las Ventas de Valdealgorfa. A los tramos intermedios de la N-232 entre estas dos zonas también se les quiere dar un «impulso» este año aunque no se especificó qué se acometerá.
Asimismo, se está redactando el estudio previo de la variante de Utrillas y está a punto de licitarse la variante de Montalbán. Las siguientes travesías que se quiere eliminar según Flores son las de Calanda y La Mata de los Olmos aunque sus variantes llevan años apareciendo en los Presupuestos Generales del Estado sin que sumen avances. También reiteró que la A-40 será una «autovía».
En su visita a Alcorisa el responsable de Infraestructuras ha estado acompañado por la delegada del Gobierno en Aragón, Rosa Serrano; el subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro; la consejera de Presidencia y Relaciones Institucionales del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez; y el alcalde de la localidad, Miguel Iranzo, entre otras autoridades.