El último fin de semana largo de Navidad y que muchos disfrutan como puente de Reyes, deja unas cifras desiguales en la hostelería del Bajo Aragón Histórico. Sin embargo, se repite una constante: cancelaciones y reservas de última hora. El mes de diciembre comenzó con un puente de buenas ocupaciones generalizadas y con previsiones óptimas en reservas para Navidad, especialmente para Nochevieja. Sin embargo, el estallido de contagios y las restricciones sanitarias trajeron consigo las cancelaciones de cenas de empresa de mediados de mes y la cancelación de cotillones y reuniones familiares en comidas y cenas navideñas. La situación sanitaria, que ha traído consigo una explosión de contagios y está haciendo que muchas personas que tenían pensado viajar deban guardar cuarentena, está marcando este final de fiestas.
Los territorios turísticos por excelencia se llevan el grueso de visitantes en este primer fin de semana completo de enero. Se trata de Matarraña y Maestrazgo donde además en invierno suma su proximidad a las pistas de esquí como un valor añadido.
En el Matarraña, los hosteleros subrayan la volatilidad e inmediatez de las reservas, casi todas ellas de última hora. De igual modo, los teléfonos y las cancelaciones de última hora son la constante durante estos días ante la explosión de casos de covid-19. Pese a ello, los empresarios turísticos cifran en algo más de la mitad la ocupación hostelera, tanto en hoteles como casas rurales. En este caso, catalanes y valencianos son los principales turistas que se han acercado hasta el territorio. Algunos establecimientos sin embargo trabajan a más del 75% de su capacidad. “Tenemos unas tres cuartas partes del restaurante y de las habitaciones ocupadas. Aún tenemos disponibilidad pero el teléfono no deja de sonar tanto para anulaciones como para reservas de última hora”, explicó Kike Micolau, de Hotel Restaurante La Fábrica de Solfa de Beceite.
En una situación diferente se encuentran en zonas como el Bajo Aragón, donde la ocupación en este puente de Reyes «es baja». Tras un puente de la Constitución con altas cifras de ocupación, a comienzos de diciembre, la Asociación Turismo Bajo Aragón auguraba buenas previsiones que ya supeditaban a la incertidumbre debido a la situación sanitaria y posibles restricciones, como finalmente sucedió. Apuntan a «los cambios de normativa y el hecho de que estas fechas son más propicias para estar en familia» como factores que han hecho que esa ocupación sea baja.
Además, igual que ha sucedido en el Matarraña, la escalada de contagios «no solo no ha favorecido la demanda de alojamientos turísticos sino que ha generado numerosas cancelaciones«. En el inicio del puente, la ocupación rondaba el 9 %. En este caso, muchos profesionales han adelantado sus días de descanso, ya que «muchos de los socios han cerrado en estos días debido a la escasez de llamadas y las continuas cancelaciones».