Las lluvias tardías de octubre lastran la maduración e impiden recoger la aceituna del suelo
«Muy corta, con poca cantidad y con unos rendimientos muy bajos: en definitiva, mala». Así de tajante se muestra el sector del aceite sobre la campaña de la oliva que ha llegado a su fin. Los agricultores han recogido menos de la mitad de kilos que en la cosecha anterior y un gran porcentaje de oliva ha caído del árbol debido al ataque de mosca. Para más inri las cuantiosas lluvias de octubre impidieron preparar el suelo en muchas zonas, por lo que una buena parte de la aceituna caída se ha quedado ahí. Sin ir más lejos, en el Bajo Aragón o el Matarraña se han obtenido en torno a 600 kilos por hectárea, «muy poco» según explica Joaquín Morella, responsable del sector del olivar de UAGA. Este déficit de cantidad se debe al alto porcentaje de oliva que ha sido imposible recoger por estar en el suelo (hasta un 60% en algunos casos).
El exceso de lluvias tardías en octubre tuvo un doble efecto negativo para la campaña en gran parte del territorio: además de afectar al terreno mermó considerablemente el proceso de maduración del fruto, que no llegó a desarrollarse a la perfección. Esto se traduce en que los rendimientos de la oliva (el porcentaje de aceite que se obtiene por cada kilo) son peores que de costumbre. «El rendimiento normal ronda el 25 o 27% y hay compañeros que han llegado a sacar un 15%», lamenta Morella. En la misma línea se muestran Gabriel Alcober, de Fernando Alcober e Hijos en Valdeltormo; y Ángel Menudé, gerente de Vicoliva, quienes coinciden en que los rendimientos son «flojos» y están entre «tres y cuatro puntos porcentuales por debajo de lo habitual, con momentos de la recogida de hasta seis puntos menos».
El pez que se muerde la cola
Este dato puede parecer insignificante pero no lo es ya que influye directamente en el dinero que ingresan los agricultores. La aceituna se paga por el aceite que contiene, y si hay poco vale mucho menos dinero. Tan sencillo como eso, por lo que este año se va a necesitar más cantidad de oliva para producir el mismo aceite. «Parece que tienes cosecha pero en casos extremos puede que se necesiten siete u ocho kilos de olivas para hacer un litro de aceite, cuando lo normal es utilizar entre cuatro y cinco», destaca Joaquín Morella.
«Parece que tienes cosecha pero en casos extremos puede que se necesiten siete u ocho kilos de olivas para hacer un litro de aceite, cuando lo normal es utilizar entre cuatro y cinco»
A perro flaco todo son pulgas y los precios tampoco acompañan al agricultor. Desde Vicoliva indican que por cada kilo de aceituna se están pagando 45 céntimos, cifra irrisoria comparada con los 75 céntimos que se pagaron el año pasado. Lejos queda la campaña de hace dos años, donde la relación calidad-precio fue muy positiva. Esta situación viene en parte provocada porque España en su conjunto ha tenido una campaña positiva, especialmente en zonas como Andalucía. Se estima que en todo el país se recogerán un millón y medio de toneladas de oliva, lo que hace que el año se considere como «fuerte».
Precisamente esta bonanza a nivel nacional parece ser la causante del bajo precio del aceite, que es uno de los asuntos que más controversia levanta. «Es un mundo muy especulativo. Paradójicamente, hay aceites de baja calidad con un precio alto. Este año al haber mucha cantidad a nivel nacional los precios de aceituna de suelo son bastante bajos para el agricultor», comenta Alfredo Caldú, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Aceite del Bajo Aragón.

La D.O. mantiene su certificación de 2,5 millones pero no tendrá excedentes
La mala campaña afecta a todos, incluida la Denominación de Origen, aunque en el lado positivo hay que destacar que la oliva ha sido de calidad y que la asociación mantendrá su certificación habitual, de unos 2,5 millones de litros de aceite. «Veníamos de una campaña anterior muy buena y en esta zona casi siempre ocurre que después de una gran cosecha viene una mucho menor», subraya Caldú, quien destaca que se ha recogido en torno a un 30% de lo que se consideraría como bueno. La aceituna de vuelo (la que se obtiene directamente del árbol) se recogió en el punto de maduración adecuado y «no habrá ningún problema en cuanto a calidad», según explica el presidente de la DO, quien lamenta la poca cantidad. «Vamos a ir muy justos. Certificaremos como de costumbre pero no quedará ningún excedente para el año siguiente», destaca.
Es habitual que de un año a otro sobre aceite con certificación que se guarda para venderse más adelante, algo que no ocurrirá esta campaña. La gran cantidad de oliva que ha caído al suelo no se puede aprovechar para la DO, motivo que ha provocado una merma en el total certificado. Asimismo, el porcentaje de aceituna de aderezo ha sido mayor que años atrás.
Concentración de la oferta
El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, valoró como «relativamente normal» el hecho de que la campaña de la oliva haya sido mala escudándose en las «fluctuaciones propias del sector». Además incidió en la necesidad de dar un valor añadido al aceite del Bajo Aragón, para lo que apuesta por la concentración de oferta. «Tenemos que creérnoslo porque es la única manera de llegar al mercado e incorporar ese valor añadido a un aceite excepcional como el que tenemos. Hay que apostar por la cooperación y la concentración, no solo entre cooperativas sino también entre las empresas que están trabajando en el sector», dijo.